Promediando el otoño, los síntomas del resfrío y la gripe son una realidad. Té, sopa, reposo (cuando se puede) y pañuelos en cada bolsillo. Algunos al combo le suman anticongestivos, que pueden ser muy efectivos pero que, como todo medicamento, deben ser consumidos en forma responsable para evitar efectos adversos, sobre todo si se los consume repetidamente.
Las drogas más utilizadas son la fenilefrina y la pseudoefedrina, que muchas veces están incluidas en fármacos para el resfrío o la gripe que atacan varios síntomas.
Se trata de descongestionantes seguros y efectivos cuando se toman tal como se indica: respetando dosis y frecuencia, entre otras cosas. Para evitar interacciones que traigan complicaciones a la salud, en caso de tomar otra medicación por prescripción médica, debe consultar con un profesional si puede añadir un descongestionante.
Es que tomar un descongestionante puede aliviar temporalmente la congestión, pero también puede, por ejemplo, subir ligeramente la presión arterial. Eso podría representar un problema para las personas que padecen hipertensión, sobre todo sino está bien controladas. Los descongestionantes pueden llegar a interferir con la eficacia de ciertos medicamentos para el tratamiento de esa afección. “Si usted toma medicamentos para la presión, consulte con el médico o con el farmacéutico antes de tomar ningún descongestionante nasal", aconseja al respecto Lisa Buss Preszler, farmacéutica de la Clínica Mayo de Minnesota (Estados Unidos), en un artículo de Mayo Clinic Health Letter.
Los descongestionantes de liberación extendida pueden ser menos propensos a aumentar la presión arterial que los del tipo de liberación inmediata, pero igual pueden causar problemas, advierte la especialista. “Las personas que padecen afecciones como diabetes, hiperplasia prostática benigna, problemas de isquemia cardíaca, trastornos de la tiroides, glaucoma y convulsiones, por lo general, deben evitar los descongestionantes nasales”, aconseja.
Preszler añadió que el uso de descongestionantes nasales en forma de spray durante más de tres o cuatro días (una vez que pasa el efecto) puede agravar la congestión al producir una rinitis de rebote. En ocasiones, los síntomas del resfrío empeoran y quienes los padecen usan más el spray,“lo que los lleva a caer en una espiral descendente con el medicamento y a que empeore la congestión”.
Otros efectos secundarios ocasionales pueden incluir sangrados de la nariz, agitación e insomnio.
“Afortunadamente, los síntomas no suelen durar más de una semana y media. En caso de que la congestión continúe, sería oportuno acudir al médico para explorar otras alternativas de tratamiento que quizás sean más eficaces”, concluyó Buss Preszler.
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