sábado, 9 de enero de 2016

Reducir el tráfico, una medida eficaz y acertada para pacientes alérgicos

El tiempo anticiclónico de los últimos meses del pasado año está repercutiendo negativamente en los alérgicos a cupresáceas pero podría beneficiar a los alérgicos a gramíneas, según expertos de la Seaic
La contaminación y las altas temperaturas han jugado malas pasadas a los pacientes alérgicos, especialmente a los asmáticos, a finales de 2015. "La contaminación y el calentamiento global favorecen el ascenso de las temperaturas, que está provocando que las cupresáceas (entre los que se encuentran los setos ornamentales) adelanten su floración a noviembre y diciembre -cuando normalmente se produce en enero y febrero-", explica a CF Francisco Feo, miembro de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic).
Este hecho se traduce en que "el tiempo anticiclónico de las últimas semanas del año produjo el aumento de la reactivación de los pacientes alérgicos con asma porque los contaminantes dañan el bronquio y el sistema inmunológico queda más expuesto. Así, se eleva la respuesta del anticuerpo inmunoglobulina E (IgE), potenciando la respuesta alérgica".
Feo detalla cómo afecta la contaminación a los pacientes alérgicos: "La contaminación favorece un crecimiento más rápido de las plantas e incrementa la cantidad de polen por cada una de éstas, además de elevar el número de proteínas alergénicas contenidas en los polénes. Este hecho se describió en Japón, hace casi tres décadas, cuando vieron que la alergia al polen de cedro era más frecuente en la proximidad de las autopistas que en las zonas rurales". Estudios experimentales han demostrado que los pólenes expuestos a elevadas temperaturas y altos niveles de dióxido de carbono (CO2) muestran una alergenicidad más elevada.
"Los árboles y plantas se encuentran en una situación incómoda y anómala por la contaminación y la sequía, y, como consecuencia, producen proteínas de estrés, que, a su vez, provocan una mayor agresividad en el polen", insiste Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la Seaic.
  • Las mañanas muy frías y sin nubosidad favorecen la concentración de contaminantes
Feo menciona el fenómeno de inversión térmica, que podría empeorar la situación. "Las mañanas muy frías y despejadas favorecen el ascenso de contaminantes y que éstos queden atrapados en las capas bajas de la atmósfera y que su concentración sea mayor".
En Madrid, por ejemplo, se produjo un pico en el recuento de pólenes de cupresáceas el día 20 de diciembre (497 gramos por metro cúbico de aire), frente a los 345 gramos del mismo día en 2014. Es en la capital de España donde el ayuntamiento implantó una serie de medidas relacionadas con la reducción del tráfico en el centro de la ciudad. "Las medidas para reducir la contaminación asociada al tráfico de vehículos son efectivas y acertadas sean del color político que sean. Es lo que recomiendan las agencias de salud pública encargadas del medioambiente", señala Feo.
Además de reducir el tráfico, Moral enumera las siguientes recomendaciones: "Renovar el parque automovilístico, porque los vehículos antiguos contaminan más que los nuevos aunque ambos sean diésel; favorecer los automóviles híbridos e intentar poner catalizadores en los coches para que actúen de filtro frente a las emisiones".
Justamente, el pasado jueves, la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles defendió un enfoque "integrado" por parte de las marcas y de los organismos europeos para reducir las emisiones tanto de los automóviles como de los vehículos comerciales.
En cuanto a los consejos dirigidos a los pacientes alérgicos, Feo indica que "deben evitar las estancias al aire libre, eludiendo hacer ejercicio allí. Las personas más vulnerables al efecto de los contaminantes son los niños y los mayores. La recomendación para los menores es que no salgan al recreo en los días de contaminación más alta".
Según explica Feo, "la contaminación empeora el asma -siendo más difícil de tratar - y la enfermedad pulmona obstructiva crónica (EPOC). La respuesta alérgica nasal y ocular también es más intensa".
PARA ALÉRGICOS A LAS GRAMÍNEAS
¿Qué panorama espera a los alérgicos a gramíneas? "Con los niveles de lluvia del último trimestre de 2015, que han sido muy bajos, esta primavera podría ser buena para los que tienen alergia a las gramíneas, siempre y cuando no llueva mucho este invierno", explica Moral; un alivio para los que sufren esta alergia, puesto que el año pasado fue malo para ellos. Las previsiones para primavera se hacen teniendo en cuenta las lluvias de octubre a marzo.
El año pasado, Moral afirma que acertaron en gran medida con lo previsto. "La primavera fue la más cálida y seca de los últimos años, lo que hizo que los alérgicos a gramíneas y al olivo empezaran a tener síntomas antes, incluso a mitad de abril (un mes antes de lo habitual), y de manera más intensa. Por contra, como mayo fue tan caluroso, a mediados de junio ya no había casi polen porque se secaron las gramíneas y el olivo", dice el presidente de Aerobiología de la Seaic. Feo añade que en España "hay un incremento de las quenopodiáceas, planta típica de zonas desérticas, que por las temperaturas tan altas polinizaron de mayo a noviembre el año pasado".
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