domingo, 6 de diciembre de 2015

Asma: los fármacos no deben tomarse vacaciones

Consejos clave para evitar las crisis asmáticas durante el período de descanso.
En verano los episodios de asma suelen disminuir en relación a los que aparecen en los meses más fríos -cuando éstos se hacen más frecuentes por la aparición de los resfríos comunes o los estados gripales- o en primavera y otoño -por la presencia más frecuente de ciertos pólenes y los cambios inestables de la temperatura-.

No obstante, al llegar la estación más cálida del año, también es fundamental tomar ciertas medidas para evitar crisis de asma o alergias. “Es muy importante no reducir o abandonar la medicación, ya que con la llegada del verano los pacientes se sienten mejor y surge la tentación de suspenderla, al pensar ‘si me siento bien para qué voy a seguir manteniéndola’” , advierte el doctor Wenceslao Sánchez de la Vega, vicepresidente de la Fundación para el Estudio del Asma y Otras Enfermedades Alérgicas (Fundaler).

En ese sentido, el profesional apunta que esta es una situación sobre la cual el paciente debe hablar con su médico. “Si se va de vacaciones, y aun cuando se sienta bien, no debe dejar los remedios en su casa. Los medicamentos no deben tomarse vacaciones. Sería importante que un familiar, esposa/o, madre o padre se lo recordase” , enfatiza.
CONSEJOS
Entre las recomendaciones para pacientes asmáticos que van a salir de vacaciones, Sánchez de la Vega apunta: “Si la persona con asma va a pasar su descanso a una casa o departamento que haya estado cerrado durante días o meses, es conveniente que previamente se ventile y limpie cuidadosamente. Los ácaros y los hongos que se hayan multiplicado y concentrado durante ese encierro puedan ser causantes de inesperados ataques de asma”.
A los asmáticos que viajarán en auto hacia su destino de veraneo, el vicepresidente de Fundaler aconseja que “es preferible que utilice el aire acondicionado para que quede liberado de los alérgenos ambientales del aire exterior”.
“En caso de que concurra a piletas de natación, es importante saber que aquellas piscinas en las que se utiliza cloro como bactericida (si éste se encuentra en alta concentración) pueden afectar a los bronquios hipersensibles de los pacientes con asma y provocarles un empeoramiento de su condición de asmático. En este sentido, es peor el natatorio cerrado” , subraya.
Sánchez de la Vega también recuerda que si en las vacaciones la persona asmática se alojará en un hotel, sería importante que elija aquel que le pueda ofrecer una habitación hipoalergénica, como existe ya en numerosos hoteles de Europa y Estados Unidos.
“En cambio, si ha decidido asistir a un campamento, se debe tener cuidado con la bolsa de dormir ya que en su interior podrían encontrarse ácaros y hongos que pueden sensibilizar los bronquios y provocarles un episodio importante de ataque de asma” , finaliza.

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