Supone un cambio con respecto a los años anteriores, cuando la madre era el mayor riesgo de contagio
Cuando los bebés contraen la tos ferina lo más probable es que se hayan contagiado de un hermano, según una nueva investigación.
Esto supone un cambio con respecto al pasado, cuando las madres eran la fuente de contagio más frecuente. Pero el cambio no es sorprendente, dijo la autora del estudio, Tami Skoff, investigadora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Durante años ha sido evidente que los casos de tos ferina (o pertussis) están en aumento en Estados Unidos. En 2012, se reportaron más de 48,000 casos en todo el país, la cantidad más alta desde 1955, según los CDC.
Además, los niños mayores y los adolescentes son responsables de una proporción cada vez mayor de casos.
Una razón importante para esto es que en los 90, las autoridades sanitarias de EE. UU. cambiaron la vacuna tradicional para la tos ferina por una más reciente llamada DTaP, debido a las preocupaciones existentes sobre los problemas neurológicos relacionados con la anterior vacuna, dijo Skoff.
El inconveniente es que los efectos de la vacuna DTaP no duran mucho tiempo.
"La vacuna es muy efectiva a corto plazo", enfatizó Skoff. Pero los CDC estiman que la inmunidad contra la tos ferina se desvanece lentamente cada año después de la última dosis administrada al niño, cuando tiene unos 5 años.
Si los niños vacunados finalmente contraen la infección, quizá no enfermen mucho, indicó Skoff.
Pero la pueden contagiar a los niños pequeños, que están en riesgo de enfermar gravemente. La mitad de los bebés menores de 1 año de edad que contraen la tos ferina terminan en el hospital, según los CDC.
Los sistemas inmunitarios de los recién nacidos son demasiado inmaduros para recibir la vacuna DTaP en ese momento, de modo que a los bebés no se les suministra la primera dosis hasta que tienen 2 meses de edad. Luego se administran más dosis a los 4, 6 y entre los 15 y 18 meses, y la última entre los 4 y los 6 años de edad.
Skoff dijo que el mejor modo de proteger a los bebés es que las madres reciban una vacuna de refuerzo de la tos ferina (conocida como Tdap) durante el tercer trimestre del embarazo.
De ese modo, explicó, los bebés nacen con algunos de los anticuerpos contra la infección del sistema inmunitario de la madre, lo que ofrece una protección a corto plazo.
Hace diez años, los expertos recomendaban la estrategia "del capullo" para proteger a los bebés, dijo la Dra. Siobhan Dolan, profesora de obstetricia y ginecología en el Centro Médico Montefiore de la ciudad de Nueva York.
La estrategia del capullo significa asegurarse de que los familiares y otras personas que cuiden del bebé reciban una vacuna de refuerzo Tdap.
"Eso era bastante efectivo, pero no lo suficiente", dijo Dolan, que también es asesora médica de March of Dimes.
"La estrategia del capullo es difícil de llevar a cabo", comentó Skoff. Además, añadió, los bebés pueden contraer la tos ferina al contagiarse de cualquiera, no solo de los familiares.
En el nuevo estudio, se detectó la fuente de contagio del bebé solamente el 44 por ciento de las veces, indicó Skoff.
Por eso la mejor opción es recibir la vacuna de refuerzo durante el embarazo (durante cada embarazo), afirmaron tanto Skoff como Dolan.
Los hallazgos actuales, publicados en línea el 7 de septiembre en la revista Pediatrics, se basan en más de 1,300 casos de tos ferina de bebés reportados a las autoridades sanitarias en siete estados de EE. UU. Cuando se pudo detectar la fuente del contagio, normalmente era un familiar cercano: un hermano en casi el 36 por ciento de los casos; la madre en aproximadamente el 21 por ciento, y el padre en el 10 por ciento.
Hoy en día, los CDC recomiendan que todos los estadounidenses reciban la vacuna de refuerzo Tdap a partir de los 11 años de edad. "Las mujeres embarazadas son el único grupo al que se aconseja que reciban más de una vacuna de refuerzo", señaló Skoff.
Los anticuerpos contra la tos ferina no se mantienen en un alto nivel de un embarazo a otro, explicó, por lo que las mujeres deben recibir la vacuna de refuerzo Tdap en cada embarazo.
Los estudios han mostrado que la vacuna es segura durante el embarazo, indicó Skoff.
Dolan señaló lo mismo. "La idea de que vacunarse durante el embarazo es perjudicial es falsa", afirmó. "Es justo lo contrario. Las vacunas protegen a las madres y a los bebés".
Tami Skoff, M.S., epidemiologist, U.S. Centers for Disease Control and Prevention, Atlanta, Ga.; Siobhan Dolan, M.D., M.P.H., professor, obstetrics and gynecology, Montefiore Medical Center, New York City; Sept. 7, 2015, Pediatrics
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Esto supone un cambio con respecto al pasado, cuando las madres eran la fuente de contagio más frecuente. Pero el cambio no es sorprendente, dijo la autora del estudio, Tami Skoff, investigadora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
Durante años ha sido evidente que los casos de tos ferina (o pertussis) están en aumento en Estados Unidos. En 2012, se reportaron más de 48,000 casos en todo el país, la cantidad más alta desde 1955, según los CDC.
Además, los niños mayores y los adolescentes son responsables de una proporción cada vez mayor de casos.
Una razón importante para esto es que en los 90, las autoridades sanitarias de EE. UU. cambiaron la vacuna tradicional para la tos ferina por una más reciente llamada DTaP, debido a las preocupaciones existentes sobre los problemas neurológicos relacionados con la anterior vacuna, dijo Skoff.
El inconveniente es que los efectos de la vacuna DTaP no duran mucho tiempo.
"La vacuna es muy efectiva a corto plazo", enfatizó Skoff. Pero los CDC estiman que la inmunidad contra la tos ferina se desvanece lentamente cada año después de la última dosis administrada al niño, cuando tiene unos 5 años.
Si los niños vacunados finalmente contraen la infección, quizá no enfermen mucho, indicó Skoff.
Pero la pueden contagiar a los niños pequeños, que están en riesgo de enfermar gravemente. La mitad de los bebés menores de 1 año de edad que contraen la tos ferina terminan en el hospital, según los CDC.
Los sistemas inmunitarios de los recién nacidos son demasiado inmaduros para recibir la vacuna DTaP en ese momento, de modo que a los bebés no se les suministra la primera dosis hasta que tienen 2 meses de edad. Luego se administran más dosis a los 4, 6 y entre los 15 y 18 meses, y la última entre los 4 y los 6 años de edad.
Skoff dijo que el mejor modo de proteger a los bebés es que las madres reciban una vacuna de refuerzo de la tos ferina (conocida como Tdap) durante el tercer trimestre del embarazo.
De ese modo, explicó, los bebés nacen con algunos de los anticuerpos contra la infección del sistema inmunitario de la madre, lo que ofrece una protección a corto plazo.
Hace diez años, los expertos recomendaban la estrategia "del capullo" para proteger a los bebés, dijo la Dra. Siobhan Dolan, profesora de obstetricia y ginecología en el Centro Médico Montefiore de la ciudad de Nueva York.
La estrategia del capullo significa asegurarse de que los familiares y otras personas que cuiden del bebé reciban una vacuna de refuerzo Tdap.
"Eso era bastante efectivo, pero no lo suficiente", dijo Dolan, que también es asesora médica de March of Dimes.
"La estrategia del capullo es difícil de llevar a cabo", comentó Skoff. Además, añadió, los bebés pueden contraer la tos ferina al contagiarse de cualquiera, no solo de los familiares.
En el nuevo estudio, se detectó la fuente de contagio del bebé solamente el 44 por ciento de las veces, indicó Skoff.
Por eso la mejor opción es recibir la vacuna de refuerzo durante el embarazo (durante cada embarazo), afirmaron tanto Skoff como Dolan.
Los hallazgos actuales, publicados en línea el 7 de septiembre en la revista Pediatrics, se basan en más de 1,300 casos de tos ferina de bebés reportados a las autoridades sanitarias en siete estados de EE. UU. Cuando se pudo detectar la fuente del contagio, normalmente era un familiar cercano: un hermano en casi el 36 por ciento de los casos; la madre en aproximadamente el 21 por ciento, y el padre en el 10 por ciento.
Hoy en día, los CDC recomiendan que todos los estadounidenses reciban la vacuna de refuerzo Tdap a partir de los 11 años de edad. "Las mujeres embarazadas son el único grupo al que se aconseja que reciban más de una vacuna de refuerzo", señaló Skoff.
Los anticuerpos contra la tos ferina no se mantienen en un alto nivel de un embarazo a otro, explicó, por lo que las mujeres deben recibir la vacuna de refuerzo Tdap en cada embarazo.
Los estudios han mostrado que la vacuna es segura durante el embarazo, indicó Skoff.
Dolan señaló lo mismo. "La idea de que vacunarse durante el embarazo es perjudicial es falsa", afirmó. "Es justo lo contrario. Las vacunas protegen a las madres y a los bebés".
Tami Skoff, M.S., epidemiologist, U.S. Centers for Disease Control and Prevention, Atlanta, Ga.; Siobhan Dolan, M.D., M.P.H., professor, obstetrics and gynecology, Montefiore Medical Center, New York City; Sept. 7, 2015, Pediatrics
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