Ya hace años que Google ha dejado de ser solo un buscador online. Esta multinacional estadounidense nacida en 1998, creó en 2010 un laboratorio semi-secreto dedicado a innovar y a poner en marcha grandes avances tecnológicos. En Google X, como así se conoce este centro, se desarrolló el coche sin conductor, el primero de muchos inventos que han ido viendo la luz desde entonces, como por ejemplo, Project Loon, cuyo objetivo es brindar acceso a internet a todo el mundo a través de la conexión entre globos que flotan en la estratosfera.
En el campo de la salud varias han sido las propuestas de Google X. En enero de 2014 empezaron a probar unas lentillas que miden los niveles de glucosa en las lágrimas, con el objetivo de que los pacientes con diabetes puedan controlar sus niveles de glucosa de una manera menos intrusiva.
En los últimos meses, la compañía anunció que ha estado trabajando en sistemas más proactivos para la detección de enfermedades, como por ejemplo, el desarrollo de pulseras inteligentes que identifiquen los primeros signos de cáncer, y el diseño de unas nanopartículas que serán capaces de circular por nuestro sistema para la detección temprana de esta patología. La idea es poder identificar con mayor anticipación este tipo de enfermedades para poder aplicar un tratamiento más temprano.
Estas nanopartículas son más pequeñas que un glóbulo rojo, y Google planea que el paciente las ingiera a través de una píldora, y que al adherirse a las células con cáncer éstas puedan reconocerse fácilmente, gracias a un láser visible a través de la piel.
Ligado a este desarrollo, la división de ciencias de la vida de Google ha tenido que trabajar en un dispositivo capaz de emular a la piel real, para llevar a cabo las pruebas, y fue así como dieron con un gadget en forma de brazo artificial; ya que como lo explica Andrew Conrad, encargado de los proyectos de salud en los laboratorios de Google X, para que el proyecto fuese efectivo y útil, era preciso el empleo de materiales que tuviesen la misma autofluorescencia y los componentes bioquímicos que los brazos reales.
Aquí os dejamos la entrevista completa realizada por la revista estadounidense The Atlantic:
Conrad también ha afirmado que la información médica será confidencial y que solo estará disponible para el paciente y los especialistas médicos que puedan hacer buen uso de la misma. Por otra parte, aunque el proyecto de momento está enfocado exclusivamente en las células cancerígenas, se espera que a futuro sea posible su utilización en la detección de otras enfermedades.
Más de un centenar de médicos y científicos al servicio de esta división de Google están trabajando para terminar el proyecto, pero harán falta cerca de cinco años para que sea una realidad. Lo que sí queda claro, es que la nanotecnología será clave en el campo de la salud y la medicina.
Os seguiremos informando sobre las últimas novedades de Google relacionadas con la salud. ¡Y recordad que si queréis sacarle más provecho a los servicios de Google como profesional sanitario, podéis apuntaros a nuestro nuevo curso en Campus Sanofi!
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