Gracias a la implementación de las tecnologías en la gestión sanitaria, en cada ‘click’ que hacemos estamos recabando información sobre el paciente y sobre sus actividades cotidianas. Son datos que quedan acumulados en servidores y analizarlos supone una gran oportunidad para la Medicina, una ciencia que va a ver modificado su paradigma hasta ahora basado en la evidencia y la experiencia de los profesionales y se va a dirigir a un sistema en el que tienen una importancia capital los resultados de salud.
La receta electrónica, los estudios clínicos, la historia clínica electrónica, la telemedicina, los smartphones, los devices médicos, los sistemas de diagnóstico o los wereables están acumulando una gran cantidad de información sobre los hábitos de salud de la población.
Un buen análisis de esos datos nos puede permitir hacer más eficiente nuestro sistema de salud, optimizar el diagnóstico de nuestros clientes, y por tanto, mejorar la salud de los pacientes y la coordinación entre profesional y paciente. Pero no sólo eso, sino que es la herramienta ideal para prevención de patologías, ya que permite pronosticar, tanto de forma colectiva como individual, la probabilidad de sufrir determinadas enfermedades.
El reto es que todos los que trabajamos en salud seamos ambiciosos y queramos aprender de los datos que tenemos. Aunque todavía no son muchos los proyectos de Big Data en salud, existen algunos de los casos en la sanidad pública española, como el estudio E-CONTROL, cuyo objetivo era analizar la información disponible en las historias clínicas de más de 286.000 pacientes con diabetes tipo-II. Gracias al estudio se sabe que el 44% de esta población no está controlada por un inadecuado seguimiento de sus niveles de azúcar y presión arterial.
Los grandes retos son: animar a los profesionales de la salud y a los pacientes a que recojan estos datos y que dispongan de tiempo para analizar y aprender de ellos; definir claramente el propósito por el que analizamos estos datos para no caer en el análisis por el análisis; asegurar que el marco legal proteja la identidad de los datos de salud de los pacientes y los analicemos como datos anónimos; y disponer de tecnología adecuada que permita recoger los datos de forma estandarizada para poder ser analizados desde cualquier sistema.
Xavi Olba, responsable de estrategia digital de Campus Sanofi.
Fuente: http://www.prnoticias.com/
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