Una start-up está construyendo un dispositivo portable de análisis de la calidad del aire usando una tecnología que podría detectar de forma económica la presencia de productos químicos en tu entorno en tiempo real. La tecnología envía la información recogida por los sensores a una aplicación para smartphone, y podría ayudar a las personas con afecciones respiratorias, y a aquellas que viven en zonas altamente contaminadas, a llevar un control de la exposición.
Chemisense, con sede en Berkeley, California (EEUU), también planea usar datos de usuarios obtenidos mediante crowdsourcing para mostrar lugares de la ciudad donde se hayan identificado ciertos compuestos.
En un principio, la compañía planea vender una pulsera de 150 dólares (112 euros) dirigida a los casi 7 millones de niños con asma en EEUU, según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, para ayudarles a identificar los lugares y los contaminantes que tienden a provocar ataques, y a hacer un seguimiento de su exposición a la contaminación del aire a través del tiempo. La compañía espera despertar el interés de personas con otras enfermedades respiratorias, y de aquellas a quienes simplemente les preocupe la contaminación del aire.
Los prototipos de sensor de Chemisense detectan la presencia de sustancias químicas en el aire.
En EEUU la calidad del aire se controla a través de miles de estaciones en todo el país. Los mapas y las previsiones se pueden ver en línea ( http://www.airnow.gov/ ). Sin embargo estos puntos de control ofrecen lecturas precisas sólo en su ubicación.
Chemisense aún no ha fabricado su producto inicial pero espera crear una pulsera usando polímeros tratados con nanopartículas cargadas de carbono, para que los polímeros se hinchen en presencia de ciertos vapores químicos, cambiando la resistencia de un circuito.
La compañía espera empezar a fabricar sus primeros prototipos en seis meses. La tecnología de la compañía ya puede detectar casi una docena de productos químicos y compuestos, entre ellos el benceno, hexeno, dióxido de nitrógeno y monóxido de carbono. Está trabajando para poder detectar otros 19.
En la actualidad la tecnología no es tan sensible como a Chemisense le gustaría que fuera. La compañía detecta actualmente decenas de partes por cada millón de una serie de compuestos, aunque está trabajando para detectar cientos de partes por cada mil millones. "Creo que ese será nuestro límite comercial por el momento", asegura el cofundador y director general, Brian Kim. Una estación municipal de control de la calidad del aire, en comparación, sería capaz de detectar entre diez y una partes por cada mil millones.
El profesor de química y ciencias de la salud ambiental en la Universidad de Michigan (EEUU), Ted Zellers, dedicado al estudio de la detección química, afirma que aunque se pueden usar varios polímeros distintos para detectar diferentes sustancias químicas, si hay más de uno o dos compuestos químicos presentes al mismo tiempo la capacidad del sensor para detectar los compuestos baja "precipitadamente". "Si hay tres presentes, es muy poco probable que se puedan detectar", asegura.
Además, afirma que ser capaz de detectar los compuestos químicos en centenares o decenas de partes por cada millón sólo tiene una utilidad marginal para detectar la exposición en lugares como oficinas y hogares. "Lo ideal es que los límites de detección estén muy por debajo de lo que crees que quieres medir, al menos diez veces por debajo, para que no te estés cuestionando si tienes una señal verdadera o no", señala.
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