La comunicación fluida y la toma de decisiones compartidas entre médico y paciente resultan fundamentales en la optimización del abordaje de la dermatitis atópica moderada o grave, especialmente en una etapa emocional tan compleja como es la adolescencia. Ésta es una de las principales conclusiones que se han puesto sobre la mesa en un evento organizado por la biotecnológica AbbVie y celebrado en Valencia.
La DA moderada o grave afecta a 37.000 personas entre adultos y adolescentes en España y se caracteriza por un picor constante e incontrolable que no solo afecta a la barrera cutánea del paciente, sino que también puede provocarle alteraciones en el sueño, generando insomnio, irritabilidad y sintomatología ansiosa y/o depresiva, afectando de manera importante a sus relaciones personales, su trabajo y su ocio.
"La adolescencia es una etapa complicada porque se producen muchos cambios, no solo a nivel físico sino también emocional. Es normal que durante este periodo surjan problemas de confianza y autoestima que pueden verse agravados en los pacientes con enfermedades crónicas visibles como es la dermatitis atópica" ha destacado el Dr. Raúl de Lucas, moderador del encuentro, dermatólogo en el Hospital Universitario de la Paz y coordinador del Grupo Español de Dermatología Pediátrica de la AEDV. "Por eso, es importante que los pacientes tomen un rol activo en su enfermedad y estén al tanto de cualquier cambio en su sintomatología con el objetivo de abordarlo de manera temprana. Es necesario cultivar una relación de confianza con el adolescente y su familia que le permita no sentir miedo o vergüenza a la hora de contarnos las cosas".
Durante el encuentro, que ha contado con varias mesas de trabajo y talleres sobre el impacto físico y emocional que la DA tiene en el paciente adolescente, también se ha destacado que, en los últimos años se están estableciendo objetivos terapéuticos más ambiciosos por parte de los profesionales sanitarios que están permitiendo mejorar en mayor medida la calidad de vida de los pacientes. Este hecho, sumado al control temprano de los síntomas de la enfermedad, está suponiendo una ventana de oportunidad para los afectados.
"Hoy en día, disponemos de tratamientos que nos permiten ser más ambiciosos, dándonos la oportunidad de poder aspirar a lograr mayores objetivos terapéuticos con el beneficio que supone para los pacientes". Ha señalado durante su intervención el Dr. José Carlos Armario, dermatólogo del Hospital Universitario de puerto Real. "Aunque los principales objetivos en el manejo de la enfermedad van dirigidos a reducir el picor, la inflamación en la piel y el número de brotes, la realidad es que la DA es una enfermedad que afecta de manera heterogénea a los pacientes, y los profesionales sanitarios debemos optimizar su abordaje y reducir su impacto".
El encuentro profundizó, además, en la importancia de crear por parte del dermatólogo lazos de confianza y conectar con los adolescentes dentro y fuera de las consultas, destacando el papel que tienen la tecnología y las redes sociales como vehículos de comunicación para los jóvenes, y en la comunicación efectiva con el adolescente y sus familiares. Por último, se abordaron aspectos menos conocidos del impacto que la DA tiene en los pacientes más allá del prurito persistente, como la alteración de la barrera cutánea, que puede llevar a desequilibrios en la microbiota (un efecto llamado disbiosis) promoviendo la colonización de especies bacterianas patogénicas que pueden complicar aún más la enfermedad.
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