martes, 22 de febrero de 2022

Los recuentos de eosinófilos en sangre son más altos en asma grave y en enfermedad pulmonar obstructiva crónica

La edad, el tabaquismo y distintas comorbilidades son factores a tener en cuenta para decidir el tratamiento

Los recuentos de eosinófilos en sangre más altos se observan en el asma grave, pero también son altos en pacientes con asma, mientras que en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) están dentro del rango observado para población general y controles. Esta es la principal conclusión del estudio liderado por Victoria S. Benson, investigadora de GlaxoSmithKline (Reino Unido), Blood eosinophil counts in the general population and airways disease: a comprehensive review and meta-analysis, que señala que la distribución y el rango de eosinófilos varían según la población de estudio y se ven afectados por factores clínicos como la edad, antecedentes de tabaquismo y comorbilidades, que, independientemente de su gravedad, deben tenerse en cuenta durante la toma de decisiones de tratamiento.El asma y la EPOC son enfermedades inflamatorias crónicas de las vías respiratorias que producen limitaciones del flujo de aire pulmonar. Los mecanismos subyacentes de la enfermedad difieren notablemente: el asma se considera en gran parte como una respuesta eosinofílica, mientras que la EPOC es predominantemente neutrofílica, si bien se reconoce inflamación eosinofílica en un subconjunto de pacientes con EPOC.
Las pautas internacionales recomiendan el uso de recuentos de eosinófilos en sangre para identificar a los pacientes que tienen mayor riesgo de exacerbaciones del asma y más probabilidades de beneficiarse de los regímenes de tratamiento que contienen anti-interleucina 5 (IL5). Se ha informado que el recuento de eosinófilos en sangre es un marcador predictivo de respuesta a la terapia anti-IL5 en el asma grave y también se ha utilizado para dirigir el tratamiento anti-IL5 en ensayos clínicos de EPOC.
El recuento de eosinófilos en sangre se ha propuesto como un biomarcador para dirigir la terapia con corticosteroides durante las exacerbaciones en EPOC e identificar a los pacientes que se beneficiarán de los regímenes de tratamiento que contienen corticosteroides inhalados, incluidos aquellos que pueden haber tenido antecedentes de exacerbación. No obstante, el contexto clínico para el uso de recuentos de eosinófilos en sangre como biomarcador de la respuesta al tratamiento en el asma y la EPOC requiere una mejor comprensión de las distribuciones y rangos de eosinófilos en sangre.
Benson y su equipo han llevado cabo una revisión exhaustiva de la literatura y metaanálisis para describir la distribución absoluta del recuento de eosinófilos en sangre entre pacientes con enfermedad crónica de las vías respiratorias (asma, asma grave, EPOC), sin enfermedad (control), pacientes de estos estudios y población general. Utilizando estos datos, también buscaron describir los factores asociados a los eosinófilos.
La mayoría de los 91 estudios elegibles tenía datos disponibles a nivel de población total: asma (39 estudios), asma grave (12 estudios), EPOC (23 estudios), control (siete estudios) y población general (14 estudios). Algunos artículos informaron datos para múltiples poblaciones. Las distribuciones de eosinófilos informadas fueron asimétricas a la derecha (siete estudios). La mediana de los recuentos de eosinófilos informados osciló entre 157 y 280 células μL−1 (asma, 22 estudios); 200–400 células μL−1 (asma grave, ocho estudios); 150–183 células μL−1 (EPOC, seis estudios); 100–160 células μL−1 (controles, tres estudios); y 100–200 células μL−1 (población general, seis estudios).
El metaanálisis mostró que la variabilidad observada fue principalmente entre estudios más que dentro de estudios. Los factores supuestamente asociados con recuentos sanguíneos más altos de eosinófilos incluyeron tabaquismo actual, test cutáneo positivo, IgE total elevada, rinitis alérgica comórbida, edad ⩽18 años, sexo masculino, asma espirométrica/diagnóstico de EPOC, síndrome metabólico y adiposidad.
Asociaciones subyacentes
El estudio señala que los recuentos de eosinófilos en sangre basados en mediana o niveles medios geométricos fueron más altos en asma grave y están fuera de los rangos medios para control y poblaciones generales. En pacientes con EPOC se vieron dentro del rango observado para control y población general. Benson señala que “la observación de que el recuento de eosinófilos en sangre estaba sesgado a la derecha enfatiza la importancia de realizar análisis basados no en medias aritméticas, sino en mediana/ valores medios geométricos”. Los hallazgos confirman que la variación en los recuentos de eosinófilos en sangre “es evidente dentro y entre las poblaciones de asma y EPOC, las poblaciones de control asociadas y la población en general”.
Los estudios de población general pueden revelar las asociaciones subyacentes de los niveles de eosinófilos en sangre con factores como la edad, el sexo y las comorbilidades, y los estudios de condiciones como el asma y la EPOC, por lo tanto, deben ser considerados en este contexto. Además, la modulación potencial de los niveles de eosinófilos por el historial médico, es decir, teniendo en cuenta los efectos del tratamiento, debe ser considerada si los niveles de eosinófilos se van a utilizar en medicina personalizada. No fue posible analizar el desglose por origen étnico en cada estudio de esta revisión, ya que los datos no estaban disponibles. No obstante, esta puede ser una vía interesante de investigación futura.
Benson indica que “la variabilidad de los recuentos de eosinófilos en sangre derivados de las diferentes cohortes de pacientes respalda la necesidad para un enfoque personalizado que considere todos estos posibles factores de influencia en el historial médico del paciente al interpretar el recuento de eosinófilos en sangre”.

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