1. Introducción |
La espirometría es conocida como la prueba de función pulmonar más común realizada hasta la fecha. [1] Mide la cantidad de aire que se mueve dentro y fuera de los pulmones y la forma y la rapidez con las que se mueve el aire.
Para inducir resultados más efectivos, se le pide al niño seguir instrucciones muy específicas. La mayoría de los jóvenes puede hacer una espirometría a la edad de 6 años, aunque algunos niños preescolares pueden realizarla a una edad más temprana. [2]
El asma puede ser una enfermedad respiratoria crónica caracterizada por hiperreactividad bronquial y obstrucción reversible de las vías respiratorias. [3]
Sin embargo, la mayoría de los niños asmáticos, independientemente de la severidad de la enfermedad, suelen tener valores de volumen espiratorio forzado (VEF) normales especialmente cuando están asintomáticos. [4-6] Por lo tanto, el rol esencial de las pruebas de función pulmonar en las evaluaciones a corto y largo plazo del asma infantil sigue siendo controvertido hasta ahora. [7]
Otra cuestión a notar es que las mediciones espirométricas consistentes dependen en gran medida de la capacidad o incapacidad del paciente para realizar una maniobra espiratoria contundente que suele ser extenuante en niños pequeños. Por lo tanto, el cuadro clínico en términos de signos y síntomas es, además, de suma importancia. [8]
Las mediciones de la función pulmonar brindan información objetiva sobre la fisiología de los pacientes, mientras que los síntomas dan más información sobre cómo la enfermedad los afecta. Se sabe que con el tratamiento mejoran tanto los síntomas como las medidas de la función pulmonar, aunque el grado de mejora en cada uno de los parámetros aún no está claro.
El objetivo de este estudio fue observar la mejoría clínica y por lo tanto, los cambios dentro de las medidas espirométricas con el tratamiento en casos de asma infantil recién diagnosticados y relacionar el cambio con el síntoma.
Se buscó cuantificar el progreso y los cambios en las mediciones espirométricas con el tratamiento en niños diagnosticados recientemente con asma y comprobar las desviaciones dentro de la puntuación de síntomas y medidas espirométricas. [9]
2. Materiales y métodos |
Este fue un estudio prospectivo transversal realizado en el Departamento de Pediatría del Hospital Dhaka Shishu de Dhaka, Bangladesh, durante el período comprendido entre enero a diciembre de 2019.
Este estudio incluyó 50 niños entre 5 y 15 años de edad que fueron diagnosticados con asma en base a sus síntomas e historial médico.
Las puntuaciones de síntomas basales y las mediciones espirométricas se determinaron en la primera visita. Los niños fueron tratados y seguidos hasta después de 3 y 6 meses de iniciar el tratamiento.
Las puntuaciones de síntomas y la espirometría se repitieron en cada visita. Se compiló el perfil mensual del paciente y los datos se presentaron en tablas con el uso de Microsoft Excel y SPSS.
3. Resultados |
La edad promedio de los pacientes era de 5-7 años. Del total, 33 (66,67%) eran varones y 17 (33,33%) mujeres. La proporción varón: mujer fue casi de 2: 1.
Al momento del seguimiento, el 36% de los encuestados tenía 7-9 años de edad (n = 18), el 26% 9-12 años (n = 13), el 22% 5-7 años (n = 11) y el restante 16% tenía 12-15 años (n = 8), con una media ± DE de 11 ± 3,56.
El 84% (n = 42) de los pacientes tenía asma persistente leve y el 16% (n = 8) asma persistente moderado. Una P < 0,05 se consideró significativa en comparación con la línea de base.
Se consideraron valores de media ± DE (n = 50) para: volumen espiratorio forzado en 1 segundo (VEF1); capacidad vital forzada (CVF); y tasa de flujo espiratorio pico o máximo (FEP).
En la puntuación de síntomas, se hallaron valores medios de VEF1 de 1,61 ± 0,8 a los 3 meses y de 1,79 ± 0,83 a los 6 meses, de CVF de 1,74 ± 0,83 a los 3 meses y de 1,74 ± 0,83 a los 6 meses, de VEF1/CVF de 90,67 ± 8,96 a los 3 meses y de 91,8 ± 6,49 a los 6 meses y de FEP de 2,79 ± 0,76 a los 3 meses y de 3,32 ± 0,92 a los 6 meses, con mejora en los distintos parámetros en comparación con los valores basales.
Se observó una mejora significativa en la puntuación de los síntomas y en los parámetros de función pulmonar VEF1 y CVF a los tres meses, y el FEP mostró una mejora a los seis meses. La relación VEF1/CVF no mostró mejora significativa durante el período de estudio. Se observó una mejora general en todos los parámetros espirométricos a los seis meses de seguimiento.
4. Discusión |
La espirometría se puede considerar como un método ampliamente utilizado para determinar la capacidad y la función pulmonar de una persona.
Es una herramienta de valor único, que se utiliza a menudo para determinar si un paciente tiene o no asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) u otras afecciones que alteran la respiración, midiendo la cantidad de aire que se puede inhalar y exhalar y con qué rapidez se exhala. [9] Pero esto puede ser un proceso irritante para los pacientes más jóvenes que necesitan quedarse quietos durante un tiempo prolongado para obtener una lectura adecuada. [1]
El asma y la EPOC son enfermedades comunes en todo el mundo, que pueden causar considerables dificultades a los pacientes y a la sociedad. Estas son enfermedades dañinas que pueden causar importantes problemas en la vida diaria y también puede causar morbilidad y muerte, ya que pueden afectar tanto a los jóvenes como a las personas mayores. [10] Este estudio se realizó para comprender el impacto de la espirometría tanto en el diagnóstico como en el tratamiento, centrándose principalmente en niños con asma.
Los datos recopilados muestran que al momento del estudio, la proporción de pacientes varones y mujeres sometidos a espirometría era casi de 2: 1. La edad media de los pacientes puede considerarse de 11 años, aunque una gran parte de los pacientes pertenecía al grupo de edad de 7-9 años, con los pacientes ≥ 12 años siendo el grupo de menor tamaño de la muestra.
El 84% de los pacientes estaba en la categoría de asma leve persistente y los 8 pacientes restantes en la categoría de asma moderado persistente. Estas categorías se determinaron utilizando las guías establecidas por NAEPP. [11]
El seguimiento se realizó 3 meses y 6 meses después de la evaluación inicial, con aportes tanto de los pacientes como de sus padres. Llamó la atención el hecho interesante de que los informes de los padres y de los niños difirieron según la edad de los pacientes. Esto puede explicarse examinando otro estudio, donde el informe original tenía más probabilidades de correlacionarse con los informes de los padres si el paciente era menor de 11 años. [12]
Esto implica que en los casos de información basada en el paciente, es más confiable centrarse en los informes de los padres ante pacientes entre los 6-11 años de edad. En el grupo de edad de 12 a 18 años, tanto los informes de los padres como de los pacientes pueden ser comparables con los informes originales. [12]
De los informes de seguimiento, se pudieron observar algunos resultados positivos a partir del tercer mes de seguimiento, con una VEF1/CVF media reducida en 3 puntos. Esto trae a relucir el cambio en la puntuación media total de síntomas de 19,28 ± 4,18 a 24,31 ± 2,46. Se observaron más mejoras a los 6 meses de seguimiento.
La CVF media no se modificó después del seguimiento inicial a los 3 meses. Los 6 meses de seguimiento mostraron que la VEF1/CVF media aumentó en más de 1 punto en comparación con el control a los 3 meses, sin dejar de estar por debajo de la puntuación inicial basal.
El cambio en otros aspectos a los 6 meses de seguimiento fue comparativamente más bajo que al 3° mes de seguimiento. La puntuación media de los síntomas totales fue de 26,09 ± 2,14 después del control al 6º mes.
Al ponerlo en parámetros, se observó que después de 3 y 6 meses de control, el valor de P subió a una tasa de 0,02 en la puntuación de los síntomas. La calidad de vida también mejoró en cada visita de seguimiento y al finalizar el estudio, determinado por un valor de P <0,05.
La magnitud de la mejora en la calidad de vida fue similar a la mejora en las medidas objetivas de la función pulmonar; aunque estos cambios no fueron similares a los cambios en la puntuación de los síntomas de asma. [13]
Este estudio puede concluir que la espirometría es un método válido para el tratamiento de pacientes con asma, y puede proporcionar resultados visibles.
Con respecto a las limitaciones, este fue un estudio no cegado y unicéntrico con un tamaño de muestra pequeño. La falta de conocimiento previo sobre el tema de estudio de los tutores también jugó un rol en la manipulación de los resultados. Por las razones mencionadas anteriormente, los resultados pueden no reflejarse en toda la comunidad.
5. Conclusión y recomendaciones |
El estudio demostró que la espirometría es un método válido y preferido para el tratamiento de pacientes con asma, y también es un recurso principal de la mayoría de los institutos médicos para determinar cualquier enfermedad relacionada con los pulmones.
Se recomienda aumentar los conocimientos con respecto a la espirometría tanto en la población general como en la comunidad médica para difundir su uso.
Los conocimientos primarios que recalifican la espirometría y sus usos adecuados deben enseñarse tanto a los médicos como a las enfermeras, y debe aumentarse el número de aparatos de espirometría. Los pacientes necesitan ser más conscientes de las complicaciones y ventajas de las espirometría para tomar decisiones más informadas.
Comentario |
La espirometría es una de las pruebas de función pulmonar más frecuentemente utilizadas en la práctica diaria, y brinda información objetiva sobre la fisiología respiratoria de los pacientes.
Su uso puede verse restringido en la población pediátrica debido a que requiere una técnica para su realización que puede ser dificultosa para los niños pequeños.
Como se describe en este estudio, el uso corriente de la espirometría puede ayudar en el diagnóstico de diversas patologías respiratorias y en el seguimiento de la respuesta al tratamiento al evaluar la mejoría en los parámetros de función pulmonar considerados.
Resumen y comentario objetivo: Dra. María Eugenia Noguerol
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