miércoles, 21 de abril de 2021

El impacto del reflujo laringofaríngeo en las medidas reportadas por el paciente de rinosinusitis crónica

Introducción

Debido a que el esófago está equipado con un epitelio mucoso robusto, el reflujo gastroesofágico (RGE), que es un fenómeno fisiológico, puede ocurrir hasta 50 veces al día, y los individuos pueden permanecer asintomáticos. Sin embargo, con la exposición prolongada al contenido gástrico, la barrera de la mucosa esofágica comienza a romperse y se manifiesta el estado patológico conocido como enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE). En algunos casos, el reflujo puede viajar de manera retrógrada más allá del esófago, al pasar del estómago a la faringe y la laringe en un trastorno patológico denominado reflujo laringofaríngeo (RLF). Postma y colegas descubrieron que después de sólo dos o tres episodios de RLF, pueden manifestarse los síntomas donde se incluyen disfagia, ronquera, aclaramiento frecuente, goteo posnasal (PND), dolor de garganta y tos.

Por lo tanto, el reflujo laringofaríngeo parece causar una enfermedad relacionada con el reflujo, pero con una carga de reflujo más baja que la enfermedad por reflujo gastroesofágico. El manejo actual de estos estados de la enfermedad refleja esta diferencia: el tratamiento intermitente de la ERGE a menudo es suficiente, mientras que los pacientes con RLF presentan enfermedad refractaria a los IBP y otras terapias. Esta distinción importante en el desarrollo de la enfermedad por reflujo se cree que proviene de una diferencia en las respuestas de la mucosa esofágica y laríngea a una combinación de ácido y pepsina que lesiona de manera más fácil a la mucosa laríngea que a la esofágica. Además, estos dos sitios exhiben diferentes perfiles de expresión enzimática. Por ejemplo, la anhidrasa carbónica-III, un amortiguador ácido-base importante conocido por expresarse de manera amplia en el tejido gastroesofágico en respuesta al reflujo, muestra una expresión disminuida en el tejido laríngeo dado el mismo estímulo. De manera interesante, los estudios positivos combinados de impedancia intraluminal multicanal (MII) y de monitorización del pH (MII-pH) se correlacionan con síntomas extraesofágicos y/o identificación del reflujo en subsitios extrafaríngeos. En consecuencia, el reflujo laringofaríngeo se implica cada vez más en otras enfermedades otorrinolaringológicas, como otitis media, tos, laringitis, laringoespasmo, y rinosinusitis crónica (RSC).

La rinosinusitis crónica es una enfermedad inflamatoria persistente de las fosas nasales y la mucosa sinusal. La estimación de la prevalencia de la RSC es de 8-12%. Se cree que la enfermedad se desarrolla como resultado de una predisposición a bacterias exógenas o de manera más común, a defectos en la barrera inmune mecánica e innata, que resultan en un microbioma anormal, mayor exposición a material extraño y respuestas inmunes compensatorias excesivas. Es comprensible que el reflujo del contenido gástrico, que incluye ácido y pepsina, se postule como un posible inductor y/o potenciador del proceso de la enfermedad por rinosinusitis crónica.

Aunque son distintos los procesos de la enfermedad, la rinosinusitis crónica y el reflujo laringofaríngeo podrían coexistir de manera factible en un solo paciente. De hecho, varios estudios de casos y controles examinan la asociación epidemiológica entre rinosinusitis crónica y reflujo.  En un estudio grande de casos y controles que incluye 101,366 veteranos, el-Serag et al mostraron una asociación entre estenosis esofágica o esofagitis erosiva y sinusitis (razón de momio [OR] 1.6). De forma similar, Ruigomez et al demostraron que los pacientes tenían más probabilidades de desarrollar sinusitis en el año siguiente al diagnóstico de ERGE (OR 1.6). Otro estudio prospectivo de Taiwán encontró que los pacientes recién diagnosticados con ERGE tenían 2.36 veces más probabilidades de desarrollar rinosinusitis crónica que aquellos sin ERGE (P < .001). Este análisis también encontró que el riesgo de desarrollar RSC sin pólipos nasales fue más alto que el de RSC con pólipos nasales (índice de riesgo ajustado 2.48 frente a 1.85).

El corolario se exploró en un estudio de cohorte de Tan y colegas que encontró una prevalencia mayor de forma significativa de ERGE en pacientes con rinosinusitis crónica con pólipos nasales (176/595, 29.6%, OR 1.5) y rinosinusitis sin pólipos nasales (2220/7523, 29.0%, OR 1.7) en relación con controles (1666/8118, 20.5%). En un estudio prospectivo de casos y controles, Ozmen et al encontraron una mayor incidencia de eventos de reflujo faríngeo en pacientes con rinosinusitis crónica refractaria al tratamiento médico (29/33, 88%) en comparación con los pacientes control (11/20, 55%) (P = .01). Además, un metaanálisis de seis estudios de casos y controles mostró que el reflujo era más común en los pacientes con rinosinusitis crónica (75/143) que aquellos sin rinosinusitis crónica (40/207, OR 4.03). Este análisis concluyó que 52.4% de los pacientes con rinosinusitis crónica tenía reflujo concomitante. Más allá de evaluar la epidemiología de la enfermedad, estas investigaciones en subconjuntos de pacientes que presentan una enfermedad comórbida pueden informar el tratamiento. Por ejemplo, Nanda et al encontraron que el tratamiento de pacientes con rinosinusitis crónica y reflujo laringofaríngeo refractarios al uso de inhibidores de la bomba de protones (IBP) junto con la cirugía endoscópica funcional de los senos paranasales (FESS), constituyó un tratamiento eficaz de los síntomas de goteo posnasal y congestión nasal.

El objetivo de este estudio es investigar la coexistencia de síntomas de reflujo nasosinusal y proximal mediante la Prueba de Resultados Nasosinusales (SNOT-22) y el Índice de Síntomas de Reflujo (RSI) como herramientas de evaluación. Estos cuestionarios psicométricos se administran de forma rutinaria a pacientes con RSC y RLF, de manera respectiva. El SNOT-22 evalúa 22 diferentes resultados del paciente, incluidos los problemas físicos (por ejemplo, obstrucción nasal, dolor de oído y facial), limitaciones funcionales (por ejemplo, pérdida del sentido del olfato y/o del gusto) y consecuencias emocionales (por ejemplo, depresión, vergüenza). El RSI evalúa nueve resultados diferentes de los pacientes, como ronquera, carraspeo, exceso de mucosidad, dificultad para tragar, tos, dificultad para respirar y dolor de pecho. A la fecha, no hay estudios publicados que evalúen tanto puntuaciones SNOT-22 como índice de síntomas de reflujo recopiladas de pacientes con RSC sola, reflujo laringofaríngeo solo y rinosinusitis crónica + reflujo laringofaríngeo (RSC + RLF). El objetivo de este estudio es, por tanto, observar cómo la presencia de síntomas solos de reflujo laringofaríngeo, síntomas solos de rinosinusitis crónica, y la coexistencia de síntomas de RLF y RSC impactan la calidad de vida entre pacientes en una clínica de Otorrinolaringología de tercer nivel. Se espera que estos hallazgos ayuden a los médicos a entender mejor cómo la interacción entre la RSC y el RLF puede potenciar la naturaleza refractaria de la RSC en algunos pacientes.

Métodos

Este estudio se aprobó por la Junta de Revisión Institucional del Centro Médico de la Universidad de Rush. Se realizó una revisión retrospectiva de la historia clínica y se obtuvieron 138 pacientes (60 RLF, 36 RSC y 42 RSC + RLF). Todos los cirujanos involucrados en los cuidados de los pacientes para este estudio están certificados y capacitados por la junta. Los pacientes con RSC se identificaron por uno de los dos rinólogos en una clínica ambulatoria de tercer nivel. Los pacientes con RLF se identificaron por un laringólogo del mismo centro.

Los pacientes que tenían 18 años o más y tenían un diagnóstico formal de RSC, RLF o RSC y RLF juntos cumplieron los criterios de inclusión. Los casos de RSC se definieron como pacientes con al menos 12 semanas de síntomas nasosinusales continuos y endoscopia positiva y/o hallazgos radiológicos para sinusitis. De estos casos de RSC, aquellos con antecedentes de malignidad nasosinusal, radiación nasosinusal, enfermedad autoinmune o granulomatosa, se excluyeron. Los casos de RLF se definieron como pacientes que mostraban un carraspeo excesivo, tos, ronquera, o globo faríngeo, además de hallazgos laringoscópicos inespecíficos que incluyen edema y eritema laríngeo, en particular en la región posterior. El análisis de pH-MII (impedancia intraluminal multicanal esofágica) no se realiza de forma rutinaria en la institución y, por lo tanto, no se pudo organizar de manera consistente esta prueba para cada paciente. Es cierto que el protocolo de diagnóstico RLF es subjetivo y depende de la capacidad del examinador, lo que hace que el empleo del RSI validado sea aún más crítico. Los pacientes con un RSI con una puntuación mayor o igual a 13 con síntomas y hallazgos laringoscópicos apropiados se identificaron como RLF. La prueba de impedancia de pH no se utilizó de forma rutinaria para el diagnóstico. Todos los pacientes con RLF solo se sometieron a una endoscopia nasal para confirmar la falta de inflamación de los senos nasales. De los casos de RLF, los pacientes con antecedentes de cáncer de laringe u otros hallazgos laríngeos se excluyeron de este estudio. No se tomaron notas sobre cualquier otro dato del historial médico (es decir, estado de tabaquismo) que no se analizaron.

La cohorte de pacientes que presentaban RSC y RLF comórbidos se identificó de la siguiente manera. Los pacientes con el diagnóstico de RSC que también reportaron síntomas de RLF se identificaron en la clínica de rinología y derivaron por uno de los dos rinólogos a un laringólogo en el mismo centro de tercer nivel de atención. A continuación, se determinó el diagnóstico definitivo de RLF mediante la evaluación clínica por parte del laringólogo de acuerdo con los parámetros anteriores.

La información clínica, incluida la SNOT-22 y los puntajes RSI basales se recolectaron al momento de la visita inicial. Los puntajes de SNOT-22 se estratificaron aún más en sueño, nasal, dolor otológico/facial y subdominios de síntomas emocionales de acuerdo con estudios previos que utilizan esta estratificación.

Se utilizó la prueba t de Student para comparar datos paramétricos. Se utilizó la prueba ANOVA para analizar la varianza entre medias de más de dos grupos independientes. Se utilizó la correlación de rango de Spearman para evaluar la fuerza de asociación. Se realizaron todos los análisis estadísticos con el sistema SPSS, versión 24.0.0.0 (IBM SPSS Statistics para Macintosh, versión 24.0. Armonk, Nueva York). Un valor P de .05 o menos se consideró significativo para todos los análisis estadísticos. Se reportaron los valores medios y sus desviaciones estándar.

Resultados

Un total de 138 pacientes (60 RLF, 36 RSC y 42 RSC + RLF) cumplieron con los criterios de inclusión. Se presentan las puntuaciones medias de resultado reportadas por los pacientes para cada uno de estos grupos de pacientes en la Tabla 1. Como era de esperar, los pacientes con RSC + RLF demostraron síntomas nasosinusales peores de forma significativa, según los puntajes SNOT-22 totales y subdivididos, en comparación con pacientes con RLF solo comparado con pacientes con RSC sola, aquellos con RSC + RLF tuvieron puntuaciones totales de SNOT-22 más altas (50.54 ± 19.53 frente a 35.31 ± 20.20, P < .001). En los análisis de subgrupos, los pacientes con RSC + RLF también demostraron puntuaciones SNOT-22 más altas significativas de forma estadística en el sueño (19.61 ± 9.31 frente a 14.42 ± 10.34, P < .022), nasal (17.38 ± 7.49 vs 11.11 ± 8.52, P < .001) y subdominios otológicos (9.17 ± 5.07 frente a 5.53 ± 5.14, P < .002) en relación con pacientes con RSC sola. El subdominio emocional no demostró significación estadística entre estos grupos (4.38 ± 2.61 frente a 4.25 ± 8.26, p = .923). Los pacientes con RSC + RLF mostraron una del RSI más alta significativa de forma estadística en comparación con RSC sola (22.06 ± 9.42 frente a 10.75 ± 8.43, P < .003).

Los pacientes con RLF solo tuvieron puntuaciones RSI más altas en comparación a aquellos con RSC sola (18.48 ± 9.77 vs 10.75 ±8.43, P < .037). En relación con los pacientes con RSC + RLF, los pacientes con RLF tendieron hacia una disminución en las puntuaciones del RSI (22.06 ± 9.42 frente a 18.48 ± 9.77; P < .082). De manera interesante, los pacientes con RLF solo demostraron puntuaciones generales de SNOT-22 (35.11 ± 20.24 frente a 35.31 ± 20.20, P = .965) y puntuaciones SNOT-22 subdivididas (sueño: 12.90 ± 9.27 frente a 14.42 ± 10.34, P = .459; nasal: 13.28 ± 8.06 vs 11.11 ± 8.52, P =.214; otológico: 5.33 ± 4.32 frente a 5.53 ± 5.14, P = .843; emocional: 3.60 ± 2.95 frente a 4.25 ± 8.26, P = .580) comparable a pacientes con RSC sola.

La correlación del orden de rango de Spearman demostró una correlación entre las puntuaciones RSI y SNOT-22 en todos los grupos de pacientes (R = 0.289, P = .003) (Figura 1).

Discusión

Un cuerpo creciente de evidencia postula una relación entre el reflujo laringofaríngeo y la rinosinusitis crónica. Este estudio complementa estos estudios correlativos. Se muestra que los pacientes con rinosinusitis crónica y reflujo laringofaríngeo concomitante, experimentan peores síntomas nasosinusales y escala de calidad de vida asociada a RSC que los pacientes que tiene rinosinusitis crónica sola y se apoya la idea de que el reflujo laringofaríngeo puede exacerbar los síntomas de la rinosinusitis crónica.  El grado exacto de participación del reflujo laringofaríngeo en el empeoramiento de los síntomas nasosinusales observado en pacientes con rinosinusitis crónica permanece desconocido. Esto puede atribuirse al hecho de que la rinosinusitis crónica es una enfermedad multifactorial, caracterizada por disfunción mucociliar, disbiosis de la comunidad microbiana local e inflamación de las mucosas. Por lo tanto, aunque cualquiera de los siguientes factores podría orientar la influencia del reflujo laringofaríngeo en los síntomas asociados con la rinosinusitis crónica, el mecanismo real probablemente implica una combinación.

Numerosos grupos sugieren que el contacto directo del contenido gástrico ácido del reflujo laringofaríngeo con los tejidos nasosinusales puede perpetuar e incluso iniciar la inflamación de la mucosa observada en la rinosinusitis crónica. Delgaudio exploró esta posibilidad al estudiar el reflujo nasofaríngeo (RNF) mediante el monitoreo del pH de 24 horas de pacientes con rinosinusitis crónica refractaria al manejo quirúrgico. Comparado con los grupos de control (pacientes sin RSC y pacientes con RSC libres de síntomas nasosinusales después de la cirugía endoscópica de los senos nasales (FESS), los pacientes con RSC refractaria experimentaron de forma significativa más eventos de RNF (pH <5.24% frente a 76%, P = .00003). Según el índice de área de reflujo (RAI), el reflujo en el esfínter esofágico superior (EES) se designó como anormal si se observaron más de 6.9 eventos de reflujo o se midió un RAI mayor de 6.3. En otro estudio con monitoreo multicanal de impedancia-pH, Katle y colegas revelaron un mayor promedio total de eventos de reflujo (en posición supina y vertical, ácido y no ácido) en pacientes con rinosinusitis crónica en comparación a controles sanos (56.5 vs 33; P <0.0005).  Dentro de estos subgrupos, los pacientes con RSC mostraron un mayor número de eventos de reflujo proximal en relación con los controles (27.3 frente a 3; p <0.0005), erguido (52.5 frente a 28; P <0.005) y no ácido (pH> 4.19 vs 8; p <0.005). Ambos estudios apoyan la implicación de que el reflujo puede ser un agravante de la RSC.

Además de la causticidad del jugo gástrico, debido a su acidez, su contenido en pepsina se implica como mediador de daño laríngeo. Después de la exposición al reflujo gástrico, el tejido laríngeo puede acumular pepsina, una enzima que se cree que contribuye al daño mediado por el reflujo laringofaríngeo que actúa como un irritante de la mucosa, a través de endocitosis mediada por receptores. La pepsina tiene su punto máximo de activación a un pH = 2 y se inactiva a un pH> 6.5, aunque puede permanecer estable hasta un pH = 8.6. Por lo tanto, se cree que la pepsina se activa en el ambiente ácido intravesicular después de la endocitosis. Wang y colegas investigaron el papel de la pepsina A en RSC. Descubrieron que esta enzima se encontraba aumentada en el tejido nasosinusal de 32 pacientes con RSC en comparación con el de los 10 controles sanos. Además de dañar la mucosa a nivel local, se demostró que la pepsina causa un daño más duradero al incitar lesión mitocondrial, al alterar la expresión de genes asociados al estrés tóxico, fenómenos demostrados en cultivo de células epiteliales hipofaríngeas y nasales. Hasta este punto, el análisis de Wang reveló un aumento de la hsp70, una proteína de estrés inducida por el calor y la inflamación, que se expresa en la mucosa de cornetes y tejido de pólipos de pacientes con RSC en relación con el tejido de control. Supusieron que la pepsina A elevada y sus efectos asociados pueden contribuir a inflamación.

Un examen más detallado del papel de la pepsina en la conexión entre el reflujo laringofaríngeo con rinosinusitis crónica se realizó por Ozmen y colegas. Correlacionaron los resultados del monitoreo de sonda dual de 24 horas para reflujo laringofaríngeo (pH <4) con los niveles de pepsina en muestras de lavado nasal de pacientes con rinosinusitis crónica. De manera adicional, identificaron la pepsina con más frecuencia en el líquido de lavado nasal de los pacientes con rinosinusitis crónica (82%) que en el de los controles (50%) (P = 0.014). De manera interesante, el porcentaje de controles con las muestras de lavado nasal que contienen pepsina son altas de forma relativa, lo que parece sugerir que el reflujo no ácido puede no causar síntomas nasosinusales per se, ya que cierto grado de reflujo proximal transitorio puede ser fisiológico y la pepsina se puede atrapar en el moco o mucosa nasal. De manera alternativa, estos datos sugieren que ciertos pacientes pueden sólo ser más susceptibles al desarrollo de síntomas relacionados con la agresión común del reflujo proximal. Es importante destacar que este estudio sugiere que la suplementación de la monitorización del pH laríngeo con pruebas de pepsina de muestras de lavado intranasal puede presentar un protocolo más sólido para el diagnóstico de reflujo laringofaríngeo.

Aunque el papel exacto de la pepsina en la fisiopatología de reflujo laringofaríngeo en pacientes con rinosinusitis crónica es un área de debate continuo, hay un enlace establecido entre el reflujo extraesofágico y la rinosinusitis crónica grave. Como ejemplo, Loehrl y colegas demostraron que los pacientes con RSC con reflujo extraesofágico identificado por prueba de sonda de pH y pepsina en muestras de lavado nasal, fueron refractarios al tratamiento quirúrgico FESS de su rinosinusitis crónica. Este hallazgo apoya el potencial papel etiológico del reflujo laringofaríngeo en algunos casos de rinosinusitis crónica. Una segunda teoría sobre la fisiopatología subyacente de la rinosinusitis crónica en el entorno del reflujo laringofaríngeo explora un fenómeno mediado por el nervio vago. El reflujo puede desencadenar disfunción del sistema nervioso autónomo que conduce al desarrollo de síntomas asociados a la rinosinusitis crónica. Al administrar solución salina y ácido clorhídrico en la unión gastroesofágica en pacientes sanos, Wong et al mostraron un aumento de la inflamación nasosinusal, producción de moco y congestión nasal, que al final culminó en bloqueo ostial. Un mecanismo menos establecido para la comorbilidad del RLF y la RSC implica al Helicobacter pylori (H. pylori) como un agente causal de inflamación nasosinusal local. Debido a que muchos pacientes con reflujo patológico se infectan con H. pylori, se exploró la transmisión de este organismo desde el estómago a la nariz y los senos paranasales. Si bien los resultados de estos diversos estudios son mixtos, un metaanálisis de alto poder encontró una mayor presencia de H. pylori en pacientes con RSC en relación con controles sanos (OR 2.88 [1.58- 5.26]). Este estudio calculó una prevalencia general de H. pylori en pacientes con RSC de 31.7% (84/265). Varios estudios que exploraron la relación entre H. pylori y la RSC no reportaron diferencias significativas de forma estadística en la infección por H. pylori y la enfermedad por RSC. Un estudio de Jelavik y colegas incluso concluyó que se observó la colonización por H. pylori detectada por HIC en la RSC en pacientes post-FESS, correlacionada con una mayor mejoría en endoscopia nasal, aunque sin mejoría en las puntuaciones de los síntomas. Este resultado positivo debe interpretarse dado que se sabe que las puntuaciones endoscópicas nasales se correlacionan poco con los síntomas. En general, el papel patógeno de H. pylori en el proceso de la enfermedad de la RSC sigue sin estar claro.

De manera interesante, encontraron que los pacientes con RLF solo tenían puntuaciones SNOT-22 elevadas comparables a las observadas en pacientes con RSC, a pesar de no tener evidencia de inflamación nasosinusal en la endoscopia. Katle y colegas encontraron que los pacientes con ERGE exhiben puntajes de QoL con significancia reducida según lo capturado por el SNOT-20, (promedio SNOT-20 de 22.1) en comparación con los controles (SNOT-20 promedio de 9.4). Si bien este estudio sugiere una superposición en los síntomas nasosinusales y de reflujo, este estudio es el primero en establecer de manera directa una convergencia de los síntomas asociados a la RSC en pacientes con rinosinusitis sola y reflujo laringofaríngeo solo. La correlación positiva calculada entre el índice de síntomas de reflujo y la RSC refuerza aún más esta afirmación. El reconocimiento de la intersección de síntomas en pacientes con rinosinusitis sola y el reflujo laringofaríngeo solo es fundamental para garantizar diagnóstico y tratamiento adecuados.

Todas las puntuaciones del subdominio SNOT-22 aumentaron de manera significativa en pacientes con RSC + RLF en relación con los pacientes con RSC sola, con la excepción del subdominio emocional. Las consecuencias emocionales (por ejemplo, depresión, vergüenza) de tener RSC y RLF comórbidos o RSC sola fueron casi iguales (4,38 ± 2.61 frente a 4.25 ± 8.26, P = .923). Este hallazgo refleja la literatura existente, que muestra que ambos procesos patológicos tienen un efecto emocional y componente psicosocial.

A pesar de la miríada de estudios antes mencionados que describen una asociación entre la RSC y el RLF, la evidencia para la influencia del RLF en la RSC persiste algo circunstancial ya que hay estudios, aunque en menor número, que cuestionan esta relación. En una revisión de la literatura que explora la asociación entre RSC y RLF, Flook y colegas señalaron que el supuesto vínculo se basa en gran parte en estudios de casos y controles con tamaños pequeños de muestra. Llegaron a la conclusión de que, por lo tanto, no existe suficiente evidencia para considerar la terapia antirreflujo para la RSC refractaria. Además, DeConde y colegas encontraron que los pacientes con y sin ERGE concomitante tienen resultados similares después de la cirugía según los resultados de la calidad de vida.  

Aparte de los estudios publicados que contrarrestan la asociación que los resultados de este estudio corroboran, existen varias debilidades específicas de este estudio. Como análisis de cohorte retrospectivo, existe la posibilidad de sesgo de selección. De manera adicional, debido a que no existe un diagnóstico estándar de oro para el RLF y no se realizaron pruebas de pH para todos los pacientes, el diagnóstico de RLF es subjetivo de manera inevitable. Por la naturaleza invasiva de las pruebas de pH-MII, no se realizan de forma rutinaria en la institución de los autores y por lo tanto, no se pudo organizar de manera consistente esta prueba para cada paciente. La falta de pruebas de pH-MII u otros datos de diagnóstico objetivos son sin duda una debilidad del presente estudio. Al final, estos resultados, aunque respaldan una asociación entre la RSC y el RLF, no comentan causalidad. Sin embargo, en particular, los pacientes con RLF solo mostraron un deterioro mayor de forma significativa en los síntomas del reflujo en relación con los pacientes con RSC sola, mientras que los pacientes con RSC sola demostraron un deterioro comparable en resultados nasosinusales en relación con los pacientes con RLF solo. Por lo tanto, aunque los resultados no comentan la causalidad, con certeza apoyan una relación entre la RSC y el RLF e incluso pueden arrojar luz sobre la direccionalidad de esta interacción, al destacar la aparición de síntomas nasosinusales en pacientes con reflujo y síntomas mínimos de reflujo en pacientes con RSC.

La exploración de la relación entre la RSC y el RLF estaría bien servida por estudios futuros que reunieran datos objetivos sobre pacientes en todos los grupos. Hacerlo proporcionaría evidencia objetiva del reflujo, al fortalecer la asociación entre estos procesos de enfermedad y permitiría la construcción de un perfil de síntomas para pacientes con RSC y RLF comórbidos.

Conclusión

Este estudio es el primero de su tipo en evaluar la escala QoL reportada por el paciente en aquellos con RSC sola, RLF solo y RSC + RLF juntos. Los pacientes con RSC y RLF concomitantes mostraron una mayor gravedad de los síntomas y peores resultados de la QoL que cualquiera de los procesos patológicos por sí solos. Los pacientes con RLF tenían puntuaciones SNOT 22 elevadas a pesar de la ausencia de evidencia endoscópica de sinusitis. Este hallazgo en particular puede alentar a los médicos a considerar el RLF en pacientes que presentan síntomas nasales refractarios al tratamiento médico y endoscopia nasal normal. Estudios futuros, de manera ideal, aquellos que utilicen las pruebas de pH-MII para diagnosticar a las personas con RLF, son necesarios para determinar aún más si el reflujo es un predictor independiente válido de RSC refractaria. En última instancia, estos estudios darán paso a la exploración de la causalidad en la relación entre el RLF y la RSC.

Research Article Find in PubMed

Centro regional de Alergia e Inmunología Clínica CRAIC

Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” UANL

Monterrey, México

Dra. Med. Sandra Nora González Díaz Jefe y Profesor

Dra. med. Gabriela Galindo Rodríguez Profesor

Dra. Grecia Jaqueline Hernández Salcido Residente 1er Año

Dra. Alejandra Macías Weinmann Profesor


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