En España se calcula que alrededor de 14 millones de personas sufren alergia. Mientras una parte de la población disfruta de las bonanzas de una estación en la que llega el buen tiempo, florecen los árboles y las plantas y se alargan las tardes, la otra parte sufre los efectos del polen y de los ácaros. Muchos desconocen los efectos adversos que la alergia y los medicamentos para combatirla pueden tener sobre la conducción de vehículos, así que hay que extremar las precauciones si nos ponemos al volante.
Según un estudio de la Fundación Mapfre, las alergias están relacionadas con más de un centenar de accidentes al año en España. Un insignificante movimiento para contener alguno de sus síntomas puede derivar en una situación de peligro en la carretera. No es difícil que un conductor pueda llegar a perder el control de su vehículo mientras sufre una sucesión de estornudos, por ejemplo, ya que instintivamente se cierran los ojos y se agacha ligeramente la cabeza para contenerlos.
El dato
Se calcula que en España 14 millones de personas sufren alergia y que más de un centenar de accidentes de tráfico están relacionados con esta patología
Si las reacciones de la alergia en sí mismas pueden resultar peligrosas para la conducción también lo son los efectos de algunos medicamentos para combatirla. Por ello hay que leer con atención los prospectos de los alérgenos porque muchos de estos fármacos provocan somnolencia y tienen consecuencias sobre el rendimiento psicomotor de la persona. Principalmente reducen la capacidad de coordinación entre los sistemas sensoriales y los motores del sistema nervioso, lo que hace que aumente el tiempo de reacción para tomar una decisión.
La Unión Europea clasifica los medicamentos en tres categorías, con lo que los diversos tipos de antihistamínicos también están ordenados en razón de sus efectos. Desde los de nueva generación, como la mizolastina y la loratadina, de efectos moderados, que pertenecen a la Categoría I, hasta los antihistamínicos de primera generación, de efectos muy severos, que se engloban dentro de la Categoría III.
Los medicamentos que pertenecen a esta última categoría son incompatibles con la conducción por sus efectos sedantes sobre el organismo. La somnolencia y la r educción de la alerta son sus principales manifestaciones. Estos fármacos pueden provocar también otras alteraciones sensoriales como visión borrosa o vértigos, dificultades auditivas, y situaciones de ansiedad o euforia considerable.
El apunte
Subir las ventanillas, usar gafas de sol y evitar el aire acondicionado son algunos de los antídotos contra la alaergia mientras se conduce
Los medicamentos contra la alergia que son incompatibles con la conducción son los que contienen los siguientes principios activos:
Cetirizina (Alacina), mequitazina (Mircol), dexclorfeniramina (Polaramine), difenhidramina (Bisolvon, Benadryl), mepiramina (Fluidasa), alimemazina (Variargil), emedastina (Emadine), clemastina (Tavegil) y prometazina (Frinova).
En consecuencia, si se está en tratamiento contra la alergia con uno de estos medicamentos no se debe conducir bajo ningún concepto. En el caso de que no se pueda prescindir del vehículo es necesario informar al médico antes de que prescriba cualquier fármaco.
¿Eres alérgico a algún tipo de polen? ¿Sabes que al encadenar estornudos sin parar se retira la atención de la #carretera hasta 15 segundos? Mucho cuidado al volante si eres alérgico.yrevista.dgt.es/AlergiasyCondu…
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Asimismo, hay otras medidas que los conductores con alergia deberían tomar al ponerse al volante como subir las ventanillas y no poner el aire acondicionado, utilizar gafas de sol para proteger los ojos de los alérgenos y evitar conducir por zonas húmedas ya que es probable que exista mayor concentración de polen.
También es recomendable equipar el motor con filtros de alta capacidad y extremar la limpieza del interior del vehículo, en especial si han viajado mascotas, ya que el pelo de los perros y de los gatos son alergénicos.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/
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