Hasta 1.230 casos de asma infantil –el 48% del total– en Barcelona podrían atribuirse a la contaminación atmosférica cada año. Es la principal conclusión de un nuevo estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por ”la Caixa”, que además concluye que los casos de asma infantil relacionados con la contaminación del aire en la ciudad podrían afectar más a los niños y niñas con un nivel socioeconómico más elevado.
El asma es la enfermedad crónica más común en la infancia y se ha asociado con una mayor morbilidad y mortalidad. Una investigación reciente de ISGlobal, realizada con la metodología de Evaluación de Impacto en la Salud (HIA, por sus siglas en inglés), apuntaba que el 33% de los casos nuevos de asma infantil en Europa eran atribuibles a la contaminación atmosférica.
Con este mismo enfoque cuantitativo, el nuevo estudio se ha centrado en estimar el número de casos de asma infantil en la ciudad de Barcelona atribuibles a tres contaminantes atmosféricos principales: dióxido de nitrógeno (NO2), partículas finas (PM2,5) y carbono negro u hollín (BC). La investigación, publicada en Environmental Research, partió de datos del censo de población de la ciudad y obtuvo las tasas de incidencia de asma en niños y niñas –entre 1 y 18 años– de la base de datos del estudio de la Carga de Enfermedad Global (Global Burden of Disease). La exposición a los diferentes contaminantes se calculó utilizando un modelo estadístico armonizado (regresión de uso del suelo o LUR).
Análisis de distintos escenarios
Para estimar la carga de enfermedad del asma infantil, el equipo científico planteó dos escenarios diferentes: el primero se basaba en los niveles máximos anuales de contaminación atmosférica contemplados en las recomendaciones de la OMS. El segundo tomaba como referencia los niveles más bajos de contaminación del aire detectados en una revisión de 41 estudios científicos anteriores.
En el primer escenario, si se cumplieran las recomendaciones anuales de la OMS, Barcelona podría evitar hasta 454 casos de asma atribuibles a NO2 (el 18% del total de casos) y 478 en el caso de PM2,5 (el 19%). En el segundo escenario, con los niveles más bajos de contaminación del aire, se podrían evitar 1.230 casos atribuibles a NO2 (48% del total de casos de asma), 992 en el caso de PM2,5 (el 39%) y 789 (el 31%) en el caso del carbono negro.
David Rojas, investigador de ISGlobal y de la Universidad Estatal de Colorado y coordinador de la publicación, destaca que “se trata de la primera evaluación cuantitativa de impacto en la salud, que incluye múltiples contaminantes (NO2, PM2.5 y BC) y el desarrollo del asma infantil, con una perspectiva de equidad en salud ambiental en Barcelona”.
Según el nivel socioeconómico
El estudio también se propuso describir la distribución del impacto de la contaminación atmosférica en el desarrollo de asma infantil según el nivel socioeconómico de las familias. A partir del índice de privación Medea, se clasificó la población de Barcelona con diversos indicadores educativos y laborales. “El análisis mostró más exposición a la contaminación atmosférica y casos de asma infantil en los grupos menos desfavorecidos de la ciudad”. “En Barcelona, a diferencia de otras ciudades, la población con más poder adquisitivo tiende a vivir donde hay más tráfico y contaminación del aire”, añade Rojas.
“El transporte por carretera es una de las principales fuentes de contaminación del aire”, comenta Mark Nieuwenhuijsen, director de la Iniciativa de Planificación Urbano, Medio Ambiente y Salud de ISGlobal y uno de los autores de la publicación. “Barcelona necesita urgentemente de intervenciones para reducir el volumen de tráfico de vehículos motorizados, que tiene un impacto negativo en la salud de los niños y niñas que viven en la ciudad”.
Fuente: https://www.correofarmaceutico.com/
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