lunes, 19 de agosto de 2019

Argentina: Nacen más de 7 mil niños por año con alergia a la proteína de la leche de vaca

La cifra surge a partir de los 700 mil nacimientos al año que hay en Argentina y la estimación de una incidencia de entre el 1% y el 1,2%, de acuerdo con la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica.
Cada año, nacen en Argentina alrededor de 700 mil niños, de los cuales se estima que hasta un 5 por ciento del total puede presentar alguna alergia a los alimentos, siendo la alergia a la proteína de la leche de vaca (Aplv) la más frecuente, que presenta una incidencia de entre el 1 y el 1,2 por ciento, lo que representaría más de 7.000 nuevos casos por año.
Expertos de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (Aaaeic) y otras disciplinas vinculadas al manejo de estos pacientes, insistieron en la necesidad de sospechar los cuadros a tiempo, porque cuanto más tarde se diagnostica y se trata la alergia alimentaria, mayor es el riesgo de comprometer seriamente las curvas de crecimiento de los niños. En general, los niños con alguna alergia alimentaria suelen debutar con 2 o más síntomas, tales como vómitos, reflujo, diarreas y/o deposiciones con moco y sangre (60% de los casos). La condición puede también afectar la piel, presentándose con eczemas importantes,urticarias y/o edemas en labios y párpados, inmediatamente a la ingesta del alimento ofensor. Con menor frecuencia algunos niños pueden presentar una reacción alérgica severa con riesgo potencial de muerte, denominada ‘anafilaxia’. 
“La leche de vaca, huevo, trigo y soja son los alimentos que más alergia desencadenan en niños pequeños. Entre adultos, en cambio, las originan los frutos secos, los mariscos, los pescados y el maní”, indicó Karina López, directora del Comité de Alergias Alimentarias y Anafilaxia de la AAAeIC. 
Por su parte, el doctor Claudio Parisi, médico pediatra especialista en alergia e inmunología, ex presidente de la Aaaeic, sostuvo que “es muy importante que los padres estén atentos a estas manifestaciones y se las comuniquen al pediatra, quien tomará las medidas pertinentes, como por ejemplo derivar al paciente con el especialista en alergia o gastroenterología. Una de las claves, sin lugar a dudas, será no perder tiempo, porque está en juego la salud y la calidad de vida del niño y su familia, y porque es necesario iniciar un tratamiento para prevenir consecuencias más severas”. 
“El tratamiento de la alergia a la proteína de la leche de vaca (Aplv) comienza con la ‘dieta de exclusión’, que significa suprimir la ingesta del alimento sospechado. En el caso de la leche de vaca y sus derivados, debería suprimirlo la mamá mientras amamanta a su bebé, y luego el niño, cuando inicia la etapa de alimentación complementaria”, subrayó el doctor Christian Boggio Marzet, pediatra gastroenterólogo y coordinador de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica del Hospital Pirovano.
Factores alérgenicos 
Un factor que influye sobre la Aplv es la microbiota, que es el conjunto de gérmenes que habitan el cuerpo humano, 95% de los cuales se alojan en el tubo digestivo y son beneficiosos para la salud. Contribuyen a sintetizar vitaminas, metabolizar hidratos de carbono, medicamentos y además presentan una estrecha vinculación con el sistema inmunológico. “Los bebés que nacen por parto vaginal forman gran parte de su microbiota aspirando o absorbiendo gérmenes beneficiosos al transitar durante el nacimiento el canal de parto de la mama, además de la que toman del medio ambiente, mientras que los que nacen por cesárea solo reciben los gérmenes presentes en el medio ambiente, la sala de partos, el quirófano. En un estudio llevado a cabo en nuestro hospital comprobamos que en los bebés nacidos por cesárea la incidencia de alergias a la proteína de la lecha de vaca fue casi el doble”, explicó Boggio Marzet, agregando que “hay mucha investigación en curso respecto de la relación entre la microbiota y el desarrollo del sistema inmunológico durante toda la vida, no solo en la primera infancia”. 
Acceso a leches especiales
En aquellos casos de niños con Aplv que no puedan recibir leche materna ni por supuesto leche de vaca, la opción de reemplazo deberá ser indicada especialmente por el médico pediatra y con su estricto seguimiento. En general suelen recomendarse leches de fórmula especiales, cuya provisión  para estos cuadros está garantizada por una ley nacional (n° 27.305). Algunas de estas fórmulas tienen beneficios clínicamente comprobados en la reducción de las manifestaciones alérgicas y en la severidad de los síntomas. Además, su combinación de prebióticos tiene un efecto bifidogénico que mejora la microbiota y contribuye a modular el sistema inmune del niño.
Prevención de las alergias a los alimentos
“Como medida de prevención, existe coincidencia internacional en la importancia de mantener la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de vida. Mientras que cuando el bebé comienza a recibir otro tipo de alimentos, se debe cumplir minuciosamente con las pautas alimentarias que vaya proponiendo el pediatra”, recomendó por su parte María Eugenia Gervasoni, miembro del Comité de Alergias Alimentarias y Anafilaxia de la Aaaeic. 
Entre los factores que incrementan el riesgo de que el bebé desarrolle alergia a algún alimento, se destaca el componente hereditario (predisposición alérgica -no sólo alimentaria- de padres y hermanos), lactancia materna inferior a los 3 meses, consumo temprano de leche de vaca, y nacimiento por cesárea como ya fue desarrollado.


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