lunes, 1 de abril de 2019

A+A+A= una terna compleja

Asma, alergia y ácaros constituyen una combinación difícil de manejar. Los ácaros del polvo doméstico son la causa más frecuente de asma y rinitis alérgica en el mundo, dos patologías que coexisten con frecuencia. La mayoría de los ácaros no son visibles al ojo humano, pero esta invisibilidad es inversamente proporcional a sus efectos sobre la salud. Con la colaboración de ALK.
“Los ácaros constituyen la primera causa de asma alérgica perenne en la población tanto pediátrica como adulta. Supone una alteración de la calidad de vida en los pacientes y también en sus cuidadores, con gran impacto económico derivado de la necesidad de utilización frecuente de tratamientos médicos y de horas perdidas tanto escolares como laborales”, explica el alergólogo Rodolfo Castillo, del Hospital Doctor Negrín, de Gran Canaria.

En cuanto a la prevalencia de esta enfermedad, Aurelio Arnedillo, de la Unidad de Gestión Clínica de Neumología, Alergia y Cirugía Torácica del Hospital Puerta del Mar, de Cádiz, señala que el asma en general es una enfermedad muy prevalente que afecta aproximadamente al 5 por ciento de la población adulta y al 10 por ciento de los niños, mientras que la prevalencia del asma por alergia a ácaros varía mucho según determinados factores como la zona geográfica o el clima, ya que en las regiones húmedas la presencia de los ácaros del polvo es mucho más alta: “En algunas zonas, sobre todo las costeras, la prevalencia del asma por alergia a ácaros es muy alta, por encima del 50 por ciento, subiendo hasta el 80 por ciento en las islas, por lo que el impacto de los ácaros es muy importante, no solo en el asma sino también en la rinitis alérgica. Además, muchos de los pacientes con rinitis alérgica también tienen asma o la desarrollarán con el tiempo, y el control de esta rinitis alérgica es muy importante para controlar el asma”.

Diferencias

Ahondando en las peculiaridades del agente causante y su relevancia como fuente alérgica en España, Francisco Moreno, alergólogo de la Clínica Lobatón, de Cádiz, comenta que el ácaro doméstico constituye la mayor fuente de alérgeno, afectando a más de 500 millones de personas en el mundo: “Se trata del alérgeno perenne más relevante. Básicamente las dos especies más comunes corresponden a pyroglyphidaeDermatophagoides pteronyssimus y Dermatofagoides farinae, que son responsables del 90 por ciento de las alergias a ácaros. Existen los glyphycidae o ácaros denominados de almacén, y los blomia topicalis. Tanto los D. pteronyssimus como los D. farinae conviven con nosotros, pero con predominio del primero en el litoral atlántico, y del segundo en la cuenca mediterránea. Sin embargo, es muy importante la presencia de blomia en Canarias, dada su particular climatología”. Moreno destaca que en una encuesta publicada recientemente y realizada en Francia, Italia y España con pacientes afectados de alergia respiratoria grave inducida por ácaros, se observa un gran paralelismo en la aparición de síntomas complejos pero variantes a lo largo del año, con claros picos en otoño y primavera, y en menor medida a mediados de invierno.
Por su parte, Pilar Cots, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Ruber Juan Bravo, de Madrid, comenta que los ácaros son una subclase de arácnidos, de los que existen casi 50.000 especies descritas de un total de entre 100.000 y 500.000 especies que todavía no han sido clasificadas, y se calcula que sólo 25 de las más de 40.000 especies de ácaros descritas están relacionadas con enfermedades alérgicas en el ser humano. “La sensibilización a alérgenos presentes en las viviendas es más importante para el desarrollo del asma que la sensibilización a alérgenos del exterior. Aunque se puede ser alérgico a una o más sustancias orgánicas presentes en el polvo, son los ácaros la fuente principal de alergia del polvo de casa, produciendo potentes alérgenos capaces de sensibilizar e inducir síntomas respiratorios en las personas sensibilizadas”.
La alergia respiratoria afecta a una cuarta parte de la población en los países desarrollados
Para Francisco Moreno, “es muy interesante observar que la exposición al alérgeno principal de ácaros en el aire inhalable de la casa oscila entre 0,05-0,2 ng/m3, mucho menor que la concentración, por ejemplo, de polen de gramíneas, que puede ser de 1-5 ng/m3, pero es más agresiva en los ácaros, no sólo por la exposición mantenida en el tiempo sino por la capacidad que poseen de inducir daño de carácter oxidativo en las células de las vías respiratorias, incrementando la inflamación y disminuyendo su reparación. Esto nos indica la necesidad de acometer medidas precoces y efectivas de tratamiento antes de llegar a un punto sin retorno en la recuperación total del daño”.

Rinitis y otros trastornos

Según los datos del Estudio EPIDmite, que evalúa la calidad de vida y asistencia recibida por cerca de 300 pacientes de 35 hospitales españoles sensibles a los ácaros y no tratados con inmunoterapia, el 60 por ciento de los pacientes alérgicos a ácaros sufren rinitis, sobre todo persistente, de moderada a severa; el 40 por ciento tiene de forma conjunta rinitis y asma y, en ambos grupos, más del 60 por ciento presentan conjuntivitis.
Respecto al papel que juegan estos síntomas en la evolución de los pacientes, Arnedillo comenta que “lo que más se relaciona con el asma alérgica por ácaros es la rinitis alérgica, englobando lo que podríamos llamar la enfermedad respiratoria alérgica. En un estudio realizado en España se demostró que el 40,2 por ciento de las rinitis alérgicas son debidas a ácaros. Estas cifras son mucho más elevadas en zonas costeras. Asimismo, según distintos estudios, la prevalencia del asma en pacientes con rinitis varía ampliamente según las zonas geográficas, pudiendo estar en un rango entre el 35 y el 80 por ciento”.
Los ácaros son el segundo alérgeno individual respiratorio más frecuente, tras los pólenes
De la misma opinión es Rodolfo Castillo, para quien la rinitis por ácaros constituye un factor predisponente al desarrollo del asma e influye decisivamente en su control. “Una rinitis mal controlada, y especialmente agresiva, es más probable que se asocie al desarrollo de asma, y que ésta tenga una peor evolución. Las comorbilidades asociadas habitualmente son la conjuntivitis, estrechamente ligada al desarrollo de la rinitis alérgica por ácaros. Por otro lado, la dermatitis atópica se asocia con mayor frecuencia al asma alérgica por ácaros (AAA) ya establecida”, señala.

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