lunes, 18 de marzo de 2019

Alergia al látex: el diagnóstico precoz, de nuevo, un gran aliado

Trabajar en el medio hospitalario constituye uno de los factores de riesgo más importantes de sensibilización a este material. Allí se producen los casos más graves.

Debido a sus propiedades elásticas hay más de 40.000 objetos de uso cotidiano y sanitario con látex, que es el principal componente del caucho natural. Algunos productos -globos, chupetes, guantes y preservativos- son más fácilmente identificables que otros, como las suelas de zapatos, jeringuillas y los aparatos de tomar la tensión.
Entre el 0,3 y el 1 por ciento de la población padece alergia al látex, una reacción inmunológica de hipersensibilidad inmediata o tipo I, mediada por IgE específica frente al látex. El organismo produce IgE frente a las proteínas del látex que producen alergia, llamadas alérgenos, y cuando vuelve a haber contacto con este producto aparecen los síntomas alérgicos.
El paciente debe llevar consigo la medicación de rescate para las posibles reacciones alérgicas
“El diagnóstico precoz es esencial, porque desde la aparición de la dermatitis hasta el asma suelen pasar dos años”, cuenta Mª Rosario del Olmo, vocal de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap). “El síntoma con mejor valor predictivo positivo es la urticaria local de contacto con objetos fabricados con látex. Cuando sospechamos de alergia al látex preguntamos al paciente si ha tenido problemas en operaciones o en exploraciones médicas. Otra pregunta típica en niños es si aparece angioedema o urticaria al inflar globos”, añade.
Los síntomas son variables según la vía de exposición, la cantidad de alérgeno y los factores individuales de la persona alérgica. Además de las manifestaciones cutáneas (urticaria, angioedema y dermatitis), pueden sufrir problemas respiratorios, como la rinoconjuntivitis, el asma y la bronquitis eosinofílica. En los casos más graves puede llegar a producirse una reacción anafiláctica.
Es importante saber que los síntomas se pueden ocasionar por contacto directo con productos que tengan látex o por inhalación, porque los objetos fabricados con este material liberan partículas al aire.

Grupos de riesgo
La vocal de la Seicap cita los grupos con más riesgo de padecer alergia al látex: trabajadores sanitarios, empleados expuestos permanentemente a materiales con látex, niños con espina bífida, pacientes con tratamientos quirúrgicos frecuentes, niños con ventilación asistida domiciliaria y los alérgicos a las frutas.

“En la población pediátrica mencionada, el riesgo de esta alergia es tan alto que ya se recomienda su manejo sin látex desde el inicio”, puntualiza Nieves Cabañes, alergóloga en el Hospital de Toledo y miembro de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic).
“La alergia al látex es una enfermedad de adultos, muchas veces profesional”, recuerda Del Olmo, comentando que “los pediatras alergólogos vemos pocos casos, porque en la población pediátrica la prevalencia es muy baja”.
Reacciones alérgicas cruzadas
Los pacientes con alergia al látex pueden presentar reacciones alérgicas cruzadas. “Es lo que se conoce como el síndrome látex-frutas. Un alto porcentaje de alérgicos al látex (el 70 por ciento, recogen algunos estudios) están sensibilizados a la fruta, es decir, tienen IgE específica frente a la fruta. Entre el 21 y el 58 por ciento son alérgicos, mostrando manifestaciones clínicas cuando la comen”, explica la vocal de la Seicap.

Los alimentos relacionados varían según los países, por la frecuencia de consumo y el modo de cocinarlos. Los implicados de manera habitual son: plátano, kiwi, aguacate, castaña, tomate, patata, papaya, fruta de la pasión, higo, melocotón, piña, níspero, ciruela, uva, apio, melón, nuez y mango.
“Es importantísimo que el paciente alérgico al látex informe siempre a todo el personal sanitario que lo atiende, ya que el medio hospitalario es el lugar más peligroso, y trabajar en él constituye uno de los factores más importantes para la sensibilización al látex”, recalca Del Olmo. El antígeno predominante de la alergia al látex en el personal sanitario es el Hev b 5 y hay que detectar a los trabajadores sanitarios sensibilizados (sin clínica) para tratar de evitar que se desarrolle la alergia.
Los casos más graves se producen en el medio hospitalario por las concentraciones de partículas de látex que hay allí. Según algunos estudios, la concentración de látex en las zonas quirúrgicas es de 39-311 nanogramos (ng)/m3 y en las zonas administrativas de 0,3-1,8 ng/m3, siendo 0,6 ng/m3 el umbral medio para los síntomas. Solo con usar guantes que no desprendan polvo la concentración baja a 0,02 ng/m3.
El medio sanitario en el que el paciente alérgico debe identificarse como tal también abarca también el dentista y el podólogo.
Aprender a reaccionar
Es determinante realizar una buena educación sanitaria para que el paciente reconozca los síntomas y sepa iniciar el tratamiento. Cabañes recuerda que debe llevar medicación de rescate para tratar una posible reacción, lo cual incluye autoinyector de adrenalina, además de antihistamínico, corticoides y broncodilatadores si tiene síntomas respiratorios.
“El paciente debería acudir a Urgencias siempre que exista una anafilaxia, pero también cuando aparezcan síntomas respiratorios bronquiales o si hay edema en zonas que produzcan compromiso respiratorio”, subraya Cabañes.

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