lunes, 17 de septiembre de 2018

Mastocitosis en niños


Introducción
La mastocitosis se refiere a un grupo de trastornos caracterizados por un aumento en el número de células cebadas en los tejidos involucrados, así como morfología anormal con expresión aberrante del receptor de superficie de las células cebadas tisulares. Estos trastornos suelen ser el resultado de varias mutaciones de ganancia de funcionamiento que afectan al receptor de la tirosina cinasa KIT, lo que conduce a una mayor acumulación y supervivencia de los mastocitos tisulares. La mastocitosis pediátrica es relativamente rara y se presenta de manera más común como lesiones cutáneas aisladas. Las manifestaciones clínicas de la mastocitosis suelen ser debido a la liberación de mediadores de los mastocitos, como la histamina y otras sustancias vasoactivas.
El diagnóstico implica la medición del mediador de mastocitos liberado en el suero y/u orina, así como hallazgos histopatológicos característicos en biopsias del tejido involucrado. El tratamiento se dirige principalmente a prevenir la liberación del mediador de mastocitos al evitar los desencadenantes, así como intervenciones farmacológicas para suprimir los efectos clínicos de los mediadores de los mastocitos. En esta revisión, se describen varias presentaciones clínicas de mastocitosis en niños, así como la epidemiología, la patogénesis, el tratamiento y la historia natural de la enfermedad. Se examina el síndrome descrito de manera relativamente reciente de activación de mastocitos con manifestaciones clínicas de la liberación aguda o crónica de mediadores de mastocitos sin evidencia demostrable de mastocitosis.
Epidemiología e historia natural
La prevalencia estimada de mastocitosis es de 1 por 10,000 personas en EUA, mientras que la incidencia se estima de 5 a 10 casos nuevos por millón de personas de forma anual. Además, aproximadamente dos tercios de todos los diagnósticos de mastocitosis se hacen en niños. La mayoría de los casos pediátricos se diagnostican durante el primer año de vida, y más de 80% de estos pacientes tienen una enfermedad limitada a la piel. Hay una edad de distribución bimodal en la mastocitosis pediátrica con un aumento dramático de la incidencia durante la adolescencia temprana seguida por aumentos en el diagnóstico después de los 15 años. El diagnóstico a una edad tardía se correlaciona con aumento en el riesgo de enfermedad sistémica. De manera aislada existe un reporte de caso de mastocitoma solitario diagnosticado a los 15 años, el paciente se presentó de manera subsecuente como un adulto con leucemia de mastocitos después de presentar un evento de anafilaxia, pero representa una excepción al pronóstico positivo en los pacientes pediátricos con mastocitosis cutánea. Un estudio de 15 pacientes pediátricos con mastocitosis en un periodo de 20 años mostró una tasa de resolución completa de 67%. Sobre el extremo opuesto del espectro de edad, se reportaron casos de afección con mastocitosis sistémica congénita en recién nacidos, pero son extremadamente raros. Existen evidencias contradictorias sobre discrepancias de género dentro de la población de pacientes con mastocitosis pediátrica, con algunos estudios que señalan que no hay diferencia de prevalencia en hombres o mujeres y otros observaron un predominio masculino durante la adolescencia, con una reversión de esta tendencia después de la pubertad, que deja más mujeres afectadas en el grupo de mayor edad.
Por mucho, la forma más frecuente de mastocitosis en niños es la urticaria pigmentosa (UP), también conocida como mastocitosis cutánea maculopapular (MCMP). La MCMP se clasifica de acuerdo con la morfología de la lesión en una de dos categorías. Pacientes con múltiples lesiones maculopapulares pequeñas de tamaño y forma similares tienen la variante monomórfica de MCMP (Fig. 1a), mientras que aquellos con lesiones irregulares, más grandes con variabilidad considerable en forma y tamaño se etiquetan como MCMP polimórfica (Fig. 1b). De las dos subclases, los pacientes pediátricos muestran con mayor frecuencia lesiones consistentes con MCMP polimórfica. Esta división también tiene trascendencia en el pronóstico. Dentro del grupo con MCMP, el tamaño de la lesión se correlaciona de manera inversa con los niveles de triptasa. Además, se observaron lesiones más grandes en pacientes con inicio más temprano, curso total más corto, y enfermedad en general menos grave. También se observó que los niños con la variante monomórfica pueden tener una tasa mayor de persistencia de los síntomas en la edad adulta, aunque sólo una minoría de estas personas posee la mutación canónica D816V.
Los casos familiares de mastocitosis están bien documentados, con la mayoría de las mutaciones localizadas dentro del gen c-kit. Una serie de 180 pacientes pediátricos con mastocitosis cutánea notó que aproximadamente 11% del grupo tenía lo que podría caracterizarse como enfermedad familiar. La incidencia de mastocitosis pediátrica no se afecta por el grupo étnico, factores socioeconómicos o ambientales según reporta la literatura actual. No hay datos disponible sobre la incidencia o la prevalencia del síndrome de activación de mastocitos, aunque existen múltiples casos de la enfermedad en pacientes pediátricos.
Fisiopatología
El gen c-kit codifica para Kit (CD117), un receptor transmembrana con actividad intrínseca de tirosina cinasa y efectos pleiotrópicos en múltiples tipos celulares. La mayoría de las células hematopoyéticos dejan de expresar Kit y de manera posterior presentan diferenciación, mientras que los mastocitos mantienen una dependencia de esta vía a lo largo de su vida. Tras la unión al factor de células madre (FCM), la dimerización del Kit da como resultado la activación de la tirosina cinasa intracelular. Kit y su ligando afín, FCM, son necesarios para promover la maduración, la supervivencia y la función de los mastocitos.
En adultos, más de 90% de los pacientes con mastocitosis sistémica tiene una mutación somática del gen c-kit donde la valina sustituye al ácido aspártico en el exón 17, lo que da como resultado el Kit D816V. En contraste, múltiples mutaciones para c-kit se encuentran en varios exones en niños con mastocitosis. De hecho, aproximadamente 40% de las mutaciones se reportaron fuera del exón 17, en consonancia con otros estudios genéticos de la diversidad mutacional en la mastocitosis pediátrica. A pesar de la prevalencia global más baja de la mutación D816V en pacientes pediátricos, es todavía la variación detectada con mayor frecuencia, reportada en aproximadamente 30% de los pacientes pediátricos con mastocitosis. La evidencia de estudios pequeños indica que los pacientes pediátricos que albergan la mutación D816V pueden ser más propensos a tener mastocitosis sistémica que cutánea en el momento del diagnóstico en comparación con pacientes con mutaciones distintas de D816V.
Las mutaciones en el gen c-kit se pueden agrupar de forma amplia de acuerdo con si impactan los dominios catalíticos o reguladores del receptor. La mutación D816V clásica afecta el sitio catalítico y produce activación constitutiva del receptor y transmisión posterior de señales en ausencia de ligando dimerizante. La mutación D816V no es suficiente por sí misma para una transformación maligna aguda, y se considera sólo oncogénica de forma leve. Se detectaron mutaciones en el dominio regulador del gen c-kit, que incluyen los exones 8 y 9, en enfermedades agresivas de los mastocitos clonales, tumores del estroma gastrointestinal, leucemia mieloide aguda, melanoma de la mucosa, casos raros de linfomas de células T y células de tumores germinales. Se detectaron múltiples mutaciones diferentes de eliminación dentro del exón 7 del gen c-kit en pacientes pediátricos, y muchas de estas mismas eliminaciones también se identificaron en tumores del estroma gastrointestinal. Estas mutaciones también residen en lesiones precancerosas, a veces de forma concurrente con mutaciones en SRFS2, ASXL1 y RUNX1 en casos avanzados de mastocitosis sistémica, como la leucemia de mastocitos. Estas enfermedades agresivas de mastocitos se describen en la población pediátrica, pero son extremadamente raras.
Además de influir en la estratificación de la enfermedad, el estado mutacional de los pacientes también puede afectar los algoritmos de tratamiento clínico. La actividad de la tirosina cinasa Kit D816V no se inhibe por el imatinib en concentraciones farmacológicas. Es probable que los pacientes con mutaciones fuera del exón 17 respondan de manera favorable a la terapia con imatinib, mientras que aquellos con la mutación D816V muestran mucha menos mejoría en esta terapia dirigida. Por el contrario, la midostaurina, un inhibidor de la cinasa, inhibe la actividad de la tirosina cinasa del Kit D816V y reduce la carga de la enfermedad en la mayoría de los pacientes con mastocitosis sistémica avanzada y Kit D816V.
En general, la actividad del Kit promueve la diferenciación, la supervivencia y la activación de los mastocitos, lo que facilita el aumento de la carga de mastocitos y la patología subyacente a la mastocitosis. Los síntomas de la mastocitosis se deben a la liberación aguda y crónica de mediadores inflamatorios por los mastocitos, que incluyen histamina, triptasa, leucotrienos, prostaglandinas y citocinas. Además, los signos y síntomas de la disfunción del sistema orgánico pueden ser causados por la infiltración física de los mastocitos en la médula ósea y los órganos periféricos. En las lesiones cutáneas, el dolor y el prurito se producen con la degranulación de los mastocitos en respuesta a estímulos tanto mecánicos como biológicos. Junto con el aumento de la permeabilidad capilar que causa el edema tisular, los nociceptores se activan por medio de la sustancia P, NK-1 e histamina, lo que lleva a aumento de la incomodidad del paciente.
Manifestaciones clínicas
Mastocitosis cutánea
La mayoría de los niños presentan hallazgos cutáneos aislados con síntomas sistémicos mínimos o nulos. El prurito puede estar presente en hasta 50% de los pacientes. El dermografismo es común con la UP monomórfica y con la mastocitosis cutánea difusa (MCD). El enrojecimiento puede ocurrir con el trauma a una lesión de mastocitoma.
El examen de la piel por lo general revela una o más lesiones maculares pequeñas de color marrón rojizo que desarrollan una reacción de ronchas y erupción tras un ligero rascado, mientras que la piel no lesionada no presenta dermografismo. Este fenómeno se conoce como el signo de Darier (Fig. 2). De manera ocasional, las lesiones cutáneas pueden desarrollar ampollas, en especial en los niños muy pequeños menores de 3 años. La clasificación de la mastocitosis cutánea se basa en la extensión y la apariencia de las lesiones de la piel.
1. UP, también conocida como mastocitosis cutánea maculopapular, es la forma más común en la infancia. En esta variante, los niños presentan lesiones dérmicas individualizadas. Se reconocen 2 subtipos:
UP polimórfica: donde las lesiones varían en forma, tamaño y distribución a lo largo del tiempo y en general afectan la cabeza, el cuello y las extremidades. Estas lesiones son por lo general más grandes que las encontradas en pacientes adultos. Las ampollas pueden ocurrir en niños <3 años. Los niveles séricos de triptasa en general están dentro del rango normal. Algunos niños tienen lesiones extensas y a veces confluentes en la piel. De manera inicial pueden tener niveles aumentados de triptasa sérica que disminuyen con el tiempo. Este tipo de UP tiene un pronóstico excelente con la resolución de las lesiones cutáneas en la gran mayoría de los pacientes.
UP monomórfica: las lesiones son similares en tamaño y forma, pequeñas, redondas, y son típicas de las lesiones observadas en adultos con UP. Este tipo se encuentra en una minoría de pacientes pediátricos que presentan niveles elevados de triptasa sérica que persisten con el tiempo y pueden mostrar una afectación sistémica fuera de la piel. Este tipo tiene un peor pronóstico con respecto a la persistencia en la edad adulta y el desarrollo de mastocitosis sistémica.
2. MCD exhibe pápulas eritematosas generalizadas, con piel engrosada y más oscura. Los niños a menudo muestran un dermografismo marcado y ampollas en las lesiones como respuesta a un trauma menor, en especial en los primeros años de vida. Los niveles séricos de triptasa por lo general se elevan a pesar de la falta de afectación sistémica de órganos. En ocasiones, los niños demuestran hepatomegalia, esplenomegalia y afectación de la médula ósea lo que indica progresión hacia la mastocitosis sistémica. Las lesiones cutáneas de MCD a menudo se resuelven en la adolescencia. Por el contrario, una pequeña minoría de pacientes con MCD y mastocitosis familiar debida a mutaciones en la línea germinal en c-kit muestran un curso crónico con niveles de triptasa en suero elevados de forma persistente e infiltrados extracutáneos de mastocitos.
3. El mastocitoma en general se presenta como una lesión cutánea elevada aislada con coloración marrón o amarilla. Un traumatismo mecánico leve puede provocar ampollas y un enrojecimiento regional o generalizado. Los niveles séricos de triptasa suelen ser normales sin implicación orgánico sistémico. Los mastocitomas en general se resuelven de forma espontánea en la infancia. En raras ocasiones, cuando un niño tiene más de tres lesiones cutáneas de mastocitoma, las recomendaciones de consenso actuales son considerar este un caso de MCMP.
Mastocitosis sistémica
La mastocitosis sistémica (MS) de inicio temprano rara vez se encuentra en niños y puede presentarse como MS indolente, mastocitosis sistémica bien diferenciada (MSBD) o MS avanzada con afectación multiorgánica. Los síntomas de diarrea explosiva, síncope y disnea, así como un historial de reacciones anafilácticas agudas recurrentes, enrojecimiento, prurito inexplicable o anafilaxia con picaduras de himenópteros, anestesia general o ciertos medicamentos, como morfina y vancomicina, deben levantar la sospecha de mastocitosis sistémica El diagnóstico de MS en niños sigue los criterios de la OMS establecido en 2001, en gran parte basado en la presentación de adultos (Tabla 1). Sin embargo, algunos niños con MS pueden no cumplir estos criterios Los estudios futuros deben permitir el desarrollo de criterios diagnósticos específicos para la MS pediátrica.
Síndrome de activación de mastocitos
El síndrome de activación de mastocitos se caracteriza por episodios intermitentes de liberación de mediadores inflamatorios como triptasa, histamina, prostaglandinas, y leucotrienos sin estímulo antigénico identificado. Se manifiesta con episodios agudos de anafilaxia, incluido rubor, urticaria, sarpullido, prurito, signos y/o síntomas de hipotensión, falla gastrointestinal aguda y angioedema. A pesar de que no suelen elevarse los niveles iniciales de triptasa sérica, las exacerbaciones se acompañan por un aumento agudo en los niveles séricos de triptasa dentro de 30 minutos a 2 horas del inicio de los síntomas. Se considera significativo de forma clínica un aumento mayor o igual a 1.2 veces el nivel de referencia del paciente más 2 (ng/ml) para apoyar un diagnóstico de síndrome de activación de mastocitos. La orina colectada durante 24 horas también puede mostrar elevación de N-metilhistamina, 11 beta-prostaglandina F2 alfa o leucotrieno E4, metabolitos de histamina, PGD2 y LTC4, de manera respectiva.
Las mutaciones para c-kit pueden estar presentes en mastocitos clonales (también se hace referencia como síndrome de activación de mastocitos monoclonales o SAMM) o ausente en variantes no clonales del síndrome de activación de mastocitos. La biopsia de médula ósea se puede realizar para descartar mastocitosis de médula ósea (MMO). Los pacientes suelen asociar eventos de activación de mastocitos con exposición a una sustancia extraña de forma inmediata antes o durante el inicio de los síntomas, lo que lleva a la percepción falsa de sensibilidades alérgicas múltiples. Se debe tener cuidado para identificar las sensibilidades alergénicas verdaderas, así como a la exposición casual a alérgenos potenciales.
Se describió una variante reciente del síndrome de activación de mastocitos en pacientes con alfa triptasemia hereditaria autosómica dominante, debido a un aumento del número de copias en el gen de alfa-triptasa (TPSAB1). Estos pacientes tienen niveles basales elevados de triptasa (>11.3 ng/ml), así como signos y síntomas de afección multiorgánica, incluida la urticaria vibratoria, enfermedad del tejido conectivo y disautonomía. Como el homotetrámero de alfa-triptasa no es proteolíticamente activo, queda por aclarar cómo esta mutación causa sintomatología.
Pruebas diagnósticas
Examen físico: El signo de Darier Éste se refiere al desarrollo de una reacción de ronchas y erupción dentro de 5-15 minutos posterior al rascado de una lesión en la piel y se debe a la liberación de mediadores preformados como la histamina de los mastocitos cutáneos (Fig. 3). Es importante asegurarse de que el niño no tenga dermografismo al demostrar que no tiene una reacción de ronchas y erupciones al rascarse la piel circundante normal. El signo de Darier es casi siempre positivo en pacientes pediátricos y es diagnóstico de mastocitosis cutánea. El signo de Darier no se debe buscar en caso de un mastocitoma grande, ya que puede resultar en rubicundez e hipotensión.
Biopsia de piel La biopsia de una lesión cutánea permite identificar el número, la morfología y los marcadores de superficie de los mastocitos cutáneos. Los mastocitos en general se visualizan con una tinción Giemsa debido a sus gránulos citoplásmicos metacromáticos. Una técnica inmunohistoquímica más sensible emplea anticuerpos antitriptasa o anti-CD 117 (Kit). Aunque los mastocitos se encuentran por lo general en la dermis y expresan el Kit de superficie, el número aumenta de forma notable en las lesiones de la mastocitosis cutánea, donde a menudo aparecen en agregados, presentan una apariencia fusiforme y expresan marcadores superficiales aberrantes adicionales como CD2 o CD25. Cuando se realiza una biopsia de la piel, es crucial tener mucho cuidado para evitar la degranulación de los mastocitos que puede interferir con la visualización de las células. Por lo tanto, las inyecciones de anestésicos locales no deben usarse de manera directa sobre las lesiones, sino más bien alrededor del sitio de la biopsia.
Pruebas de laboratorio
a) Los niveles séricos de triptasa reflejan la carga total de los mastocitos y, por lo general, se encuentran dentro de los límites normales (≤11.3 ng/ml) en los niños con mastocitosis cutánea. Como una proteasa tetramérica serina, la triptasa representa el constituyente de proteína dominante de manera cuantitativa del gránulo secretorio del mastocito. Un nivel elevado de triptasa sérica sugiere el diagnóstico de mastocitosis sistémica, pero también se puede encontrar en niños con UP o MCD monomórfica como se indicó de forma previa. Un aumento agudo en los niveles totales de triptasa sérica sobre la basal proporciona evidencia objetiva de la activación de los mastocitos en el contexto de los síntomas agudos. Por otro lado, el aumento en los niveles séricos de triptasa a lo largo del tiempo son útiles para la monitorización de pacientes para la progresión sistémica. En un estudio de 111 niños con mastocitosis cutánea, Alvarez-Twose y colaboradores reportaron que los niveles séricos de triptasa en suero de 6.6 ng/ml predicen la necesidad de una terapia diaria con fármacos antimediadores de mastocitos, mientras que los niveles superiores a 15.5 y 31 ng/ml pronosticaron hospitalización y necesidad de cuidados intensivos, de manera respectiva. Debido a otras causas potenciales de aumento de los niveles séricos de triptasa, como neoplasias malignas hematológicas, también se debe obtener un conteo sanguíneo completo con diferencial. Las enzimas hepáticas se indican si el examen físico demuestra hepatomegalia o esplenomegalia.
b) Mutación c-Kit: se pensó que la mastocitosis cutánea pediátrica era de forma tradicional una enfermedad no clonal, pero la evidencia se acumula para la presencia de clonalidad debido a una mutación de ganancia de la función en c-kit, el gen que codifica para un receptor de tirosina cinasa expresado por mastocitos. La mutación c-kit más común es D816V en el cromosoma 17. Se describieron otras mutaciones en los exones 8 y 9. El análisis de la mutación c-Kit se puede realizar en muestras biológicas obtenidas de sangre periférica, biopsia de piel, o biopsia de médula ósea. Si se realiza por secuenciación de ADN, los mastocitos clónicos necesitan representar >10% de las células que se analizan, que de forma típica requieren purificación de los mastocitos. Al buscar la mutación D816V, se puede realizar una qPCR específica para el alelo, que detecta esta mutación si ≥1 en 10,000 células están afectadas. Ya que los mastocitos maduros por lo general no se detectan en la circulación periférica, el estudio es más sensible cuando se realiza en una biopsia de médula ósea cuando la mutación afecta sólo al linaje de los mastocitos.
c) Una biopsia de médula ósea no suele indicarse en la mastocitosis cutánea pediátrica, de manera independiente si se eleva el nivel de triptasa sérica. Se puede considerar en niños con síntomas sistémicos y/o un nivel sérico en aumento de triptasa sérica, donde se sospecha MS.
Tratamiento
La mayoría de los pacientes pediátricos con mastocitosis cutánea no requerirán ningún tratamiento. Dado un excelente pronóstico a largo plazo, el tratamiento es conservador y se dirige a contrarrestar los síntomas debido a la liberación del mediador de los mastocitos. Dada la falta de estudios doble ciego controlados con placebo o varios agentes terapéuticos en este campo, muchas de las recomendaciones a continuación se derivan de la experiencia personal y/o las opiniones de expertos.
Intervenciones no farmacológicas
Las medidas para prevenir la degranulación de mastocitos incluyen la evitación de varios factores desencadenantes, como la fricción de la piel en los sitios de las lesiones, la exposición a temperaturas altas, como un baño caliente o ducha y esfuerzo físico extremo, así como desencadenantes menos comunes como fiebre, irritabilidad y dentición. También existen otros desencadenantes reportados, como alimentos, vacunas, y ciertos medicamentos como AINES, vancomicina y opioides rara vez están involucrados excepto en niños con MCD. A menudo se instruye a los padres para evitar estos factores desencadenantes a toda costa. Sin embargo, estos son contraindicaciones relativas. Por lo tanto, un niño que tolera medicamentos como el ibuprofeno no necesita descontinuar su uso. Del mismo modo, un niño que tolera jugar deportes o un régimen de ejercicio específico puede continuar haciéndolo.
Las pulseras de alerta médica deben prescribirse si hay preocupación sobre la posibilidad de episodios anafilácticos, como en niños con un nivel elevado de triptasa sérica o con afectación cutánea o un mastocitoma grande. A menudo se pasa por alto, pero es muy efectivo enseñar al paciente y sus cuidadores la importancia de que el niño adopte posición supina en caso de mareo y/o hipotensión.
La educación de los cuidadores del niño en el hogar, la escuela, la guardería y los programas extracurriculares se recomienda, incluido el reconocimiento de los signos y síntomas de anafilaxia, se deben evitar desencadenantes específicos relevantes para el paciente, y un manejo apropiado y oportuno de las exacerbaciones. Se debe desarrollar un plan de acción por escrito y de manera individualizada para cada niño. Los niños con MCD pueden sufrir estrés sicológico relacionado con la apariencia de su piel y pueden beneficiarse de la consejería.
Antihistamínicos
En niños con síntomas de prurito y/o enrojecimiento, el tratamiento con agentes antihistamínicos a menudo es beneficioso. Esto también se recomienda como terapia profiláctica en pacientes con afectación extensa de la piel y/o niveles séricos elevados de triptasa sérica >11.3 ng/ml para atenuar los signos y síntomas de los eventos de desgranulación de mastocitos. Se prefieren los agentes antihistamínicos H1 de segunda generación debido a sus propiedades no sedantes que permiten el uso de dosis más altas sin interferir con el rendimiento escolar. La dosis puede aumentarse según la respuesta clínica hasta cuatro veces de la dosis normal para la edad. La adición de un agente antihistamínico H2 como famotidina, ranitidina o cimetidina proporcionará un beneficio adicional en los niños con una respuesta parcial al tratamiento con antihistamínico H1 solo o con síntomas gastrointestinales significativos.
Cromoglicato de sodio oral
El cromoglicato de sodio oral se usa para tratar síntomas gastrointestinales como dolor abdominal y diarrea, aunque no hay estudios claros que demuestren su eficacia. Esta terapia se aprobó por la FDA para el tratamiento de la mastocitosis en niños mayores de 2 años. La dosis no debe exceder >40 mg/kg/día hasta un máximo de 800 mg/día.
El cromoglicato sódico acuoso tópico al 0.21% (preparado a partir de una solución inhalada de cromoglicato sódico mezclado en una crema emoliente a base de agua) puede utilizarse como un tratamiento complementario para las lesiones sintomáticas para disminuir el prurito.
La evidencia de su efectividad se deriva principalmente de reportes de casos. Los corticosteroides tópicos se usan en niños con lesiones frecuentes con ampollas para prevenir la recurrencia.
Los antibióticos tópicos como la mupirocina deben usarse en lesiones cutáneas abiertas para prevenir infecciones secundarias.
Los autoinyectores de epinefrina deben prescribirse a los niños con factores de riesgo aumentados de anafilaxia, como un nivel sérico elevado de triptasa sérico, MCD o un mastocitoma grande.
Tratamiento de otras condiciones atópicas
El manejo efectivo de otras condiciones atópicas que pueden conducir a una mayor gravedad de las reacciones anafilácticas es en particular importante en los niños con mastocitosis.
La inmunoterapia con veneno de abeja debe instituirse para niños >12 años con antecedentes de anafilaxia al veneno de abeja y niveles séricos elevados de triptasa. Una vez que se logra la dosificación de mantenimiento, la inmunoterapia con veneno de abeja es muy efectiva para reducir las reacciones sistémicas a las picaduras posteriores.
La alergia a los alimentos mediada por IgE debe diagnosticarse de manera adecuada y deben instituirse medidas para evitar la exposición a alérgenos alimentarios. Los autoinyectores de epinefrina deben estar disponibles para su uso inmediato en todo momento durante el día escolar, así como en casa y en otros escenarios.
El asma mal controlada es un factor de riesgo significativo para el aumento de la gravedad de las reacciones anafilácticas debido a cualquier causa. El tratamiento apropiado y el seguimiento cercano para asegurar el cumplimiento y la respuesta a la terapia son esenciales.
Preparación para anestesia y procedimientos quirúrgicos
Una discusión del equipo multidisciplinario que involucra al equipo quirúrgico, el equipo de anestesia y el médico tratante antes de la cirugía es esencial para educar a los proveedores sobre los signos y síntomas de eventos de degranulación de mastocitos y poner en su lugar apropiado las medidas de intervención para prevenir y/o tratar la anafilaxia intraoperatoria. Se recomienda la profilaxis con un régimen de antihistamínicos H1 y H2. El fentanilo es el agente anestésico de elección. Si se requieren otros medicamentos opioides, la administración oral con concentraciones máximas más bajas es más segura que la intravenosa administración. Es importante tener en cuenta que la naloxona no revertiría las propiedades de desgranulación de los mastocitos de los opiáceos que están mediados por un receptor diferente acoplado a la proteína G relacionada con MAS-X2 que el receptor opioide clásico.
Conclusiones
La mastocitosis pediátrica es en gran medida una afección benigna con excelente pronóstico y resolución espontánea frecuente. Aunque se considera rara, la disponibilidad de la determinación de triptasa sérica facilita el reconocimiento de la mastocitosis en niños con y sin lesiones cutáneas. Una minoría de niños con mastocitosis desarrollan síntomas sistémicos y persisten en la adultez. Todavía faltan criterios de pronóstico exactos; sin embargo, la mayor disponibilidad de técnicas de diagnóstico, de manera específica la capacidad de detectar mutaciones c-kit en los tejidos involucrados, puede permitir una mejor comprensión de la patogénesis subyacente, así como el desarrollo de nuevas modalidades terapéuticas. En este momento, es importante aumentar la conciencia de la mastocitosis pediátrica entre los médicos generales y especialistas por igual con el fin de adaptar el diagnóstico y terapia adecuadas para los pacientes.


Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica CRAIC, Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” UANL, Monterrey, México

Dra. Med. Sandra Nora González Díaz         Jefe y Profesor
Dr. José Antonio Buenfil López¨                  Profesor
Dra. Gisela Herrera Escalante                       Residente 1er Año
Dra. Alejandra Macías Weinmann                Profesor

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