jueves, 8 de febrero de 2018

No existen tests para detectar intolerancias alimentarias que sean científicamente válidos

Según las conclusiones de un estudio realizado por la Autoridad Reguladora de Productos Sanitarios de Irlanda, los tests o kits para detectar intolerancias alimentarias en casa, no tienen aval científico, no diagnostican la intolerancia a determinados alimentos, sino que detectan la exposición previa a un alimento. Por ello, no aprueba la venta de este tipo de dispositivos considerando que pueden ser peligrosos para los usuarios. 
En el mercado se pueden encontrar kits para detectar intolerancias alimentarias, pruebas que se pueden realizar en casa y que se anuncian como rápidas y fiables. Las recomiendan a aquellas personas que creen que ciertos alimentos no les sientan bien y les pueden provocar dolor de cabeza, náuseas y vómitos, dolores de estómago, la aparición de eczemas en la piel, etc. Pues bien, sobre este tipo de tests se pronuncia la Autoridad Reguladora de Productos Sanitarios de Irlanda (HPRA), indicando que no existen tests para detectar intolerancias alimentarias que sean científicamente válidos.
La HPRA ha emitido un comunicado advirtiendo a los consumidores que eviten considerar los resultados de estas pruebas como válidas sin contar con el asesoramiento de médicos o dietistas. Esta agencia ha realizado una revisión de estos kits para analizar su validez debido a la preocupación que ha generado su proliferación en el mercado durante los últimos años, concluyendo que no se debe confiar en los resultados que arrojan, si una persona cree que tiene problemas alimentarios debe consultar con un profesional sanitario y seguir sus consejos y pautas para determinar si un determinado alimento puede provocar hipersensibilidad, intolerancia, etc.

Las pruebas caseras para detectar una intolerancia alimentaria se suelen realizar utilizando una gota de sangre que se diluye en una solución y seguidamente se coloca en un dispositivo reactivo que, en teoría, reacciona ante ciertas proteínas. Tras unos minutos de espera se utiliza otra solución que se encarga de detectar y revelar la presencia de anticuerpos (resultantes del contacto con determinadas proteínas de los alimentos), dicho proceso se realiza con otras soluciones proporcionadas en el kit a fin de determinar qué tipo de alimentos causan problemas.
Basarse en los resultados de estas pruebas puede conducir a un diagnóstico erróneo, lo que llevaría a eliminar de la dieta alimentos que pueden aportar nutrientes importantes para el organismo sin motivo alguno, y por tanto, derivar en deficiencias nutricionales, especialmente en las poblaciones más vulnerables. Si este tipo de pruebas se realizan a los niños y se siguen sus recomendaciones, pueden tener importantes consecuencias para su desarrollo y salud. En la revisión científica que ha realizado la Autoridad Reguladora de Productos Sanitarios de Irlanda, se incluyeron kits de pruebas comunes que se realizan en el país, como las pruebas de inmunoglobulina G (una de las cinco clases de anticuerpos humorales producidos por el organismo) a partir de una muestra de sangre.
La revisión descubrió que este tipo de pruebas no diagnostican la intolerancia a determinados alimentos, sino que detectan la exposición previa a un alimento, por lo que se puede utilizar para detectar qué tipos de alimentos ha comido una persona, pero en ningún caso significa que exista intolerancia. Por ejemplo, cada vez hay más personas que siguen una dieta libre de gluten a pesar de no ser celíacos (algunos por haberse realizado este tipo de pruebas), lo que puede provocar déficit de nutrientes que derivan en problemas como la atrofia vellositaria parcial u otro tipo de lesiones menores, además, recientes investigaciones han demostrado que evitar el gluten innecesariamente puede ser perjudicial para el corazón.
La agencia ha consultado a distintas partes interesadas, como la Sociedad Farmacéutica de Irlanda, la Unión Farmacéutica Irlandesa, la Red Alérgica de Alimentos de Irlanda, así como a otros expertos en la materia antes de emitir su veredicto. La HPRA hace hincapié en la necesidad de diferenciar entre una intolerancia alimentaria y una alergia alimentaria, destacando que las pruebas de intolerancia alimentaria no tienen ningún papel en el diagnóstico de una alergia alimentaria. Por ello, advierte que un resultado negativo en la prueba de intolerancia alimentaria no significa que alguien no sea alérgico a un determinado alimento, por lo que es evidente que este tipo de pruebas plantean serios riesgos que hay que considerar. A la vista de los resultados, la agencia no aprueba la venta de este tipo de dispositivos en el país.
Cabe señalar que aunque la noticia es de Irlanda, los resultados y recomendaciones se pueden trasladar a cualquier país, en el caso de España, los expertos de la Asociación Española de Pediatría, así como profesionales de la dietética y la nutrición, se oponen a este tipo de pruebas caseras (y que a menudo ofrecen en farmacias, laboratorios de análisis y demás) porque dan falsos negativos y falsos positivos. Por otro lado, una intolerancia alimentaria pueda afectar de forma distinta a cada persona, hay quien puede tomar un máximo de cinco gramos de lactosa al día sin consecuencias, y hay quien puede tomar una cantidad mayor sin ningún problema.
Lo cierto es que este es un mercado floreciente en todo el mundo, en el que existen muchos intereses económicos, intentan captar la atención de la población y satisfacer sus necesidades, especialmente la comodidad y la prontitud, haciendo muy accesible la compra de uno de estos tests que de forma fraudulenta dicen ofrecer una respuesta sobre una posible intolerancia alimentaria en pocos minutos. No se entiende que si este tipo de pruebas no cuentan con el aval de las agencias reguladoras, se puedan comercializar sin más. En fin, podéis conocer más detalles del dictamen de la HPRA sobre este tipo de pruebas a través de su página oficial.

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