martes, 24 de octubre de 2017

Alergia a alimentos relacionada al polen: una actualización

Introducción
De acuerdo con los datos actuales del Estudio sobre la Salud de los Adultos en Alemania, casi 5% de los adultos tienen una alergia a los alimentos. La mayoría de las alergias alimentarias mediadas por IgE en adultos se basan en la sensibilización a aeroalérgenos (en particular el polen), seguido por reacciones (reacciones cruzadas) a alérgenos relacionados en su estructura, a menudo inestables, en especial en alimentos (plantas) como frutas, vegetales y especias. Este tipo de alergia alimentaria se refiere como alergia alimentaria secundaria, distinta de la forma primaria, que se supone que implica sensibilización vía el tracto gastrointestinal.
Los tipos de fruta involucrados de forma más común en la alergia alimentaria relacionada con el polen pertenecen a las familias Rosaceae y Fagales; el apio y la zanahoria de la familia Apiaceae en cuanto a vegetales, así como el tomate y el pimiento, son dignos de mención (Tabla 1).
Se describen varias asociaciones típicas, como el síndrome de abedul-frutas, el síndrome de apio-abedul-artemisa-especia y el síndrome de artemisa-mostaza, entre otros (Tabla 2). La distribución geográfica del polen y los hábitos dietéticos regionales afectan la incidencia y el desarrollo de las diversas formas de alergia alimentaria. Por ejemplo, la alergia a la avellana en el norte de Europa suele atribuirse a la sensibilización al alérgeno Cor a 1 relacionado con el polen del abedul, mientras que las sensibilizaciones a la proteína de transferencia de lípidos (LTP) Cor a 8 son más comunes en la región mediterránea. Este último es de forma probable un caso de sensibilización combinada resultante del consumo de durazno (como una reacción cruzada con Pru p 3) y el polen. Debido a la multitud de posibles sensibilizaciones al polen y a los alimentos con, hasta cierto punto, alérgenos desconocidos, no siempre es posible distinguir con seguridad una alergia alimentaria primaria de una secundaria.
En conjunto, los diagnósticos de alergia molecular (resueltos por componentes) contribuyen mucho a la comprensión de la alergia alimentaria relacionada con el polen en los últimos años.
Este artículo pretende ofrecer una visión general de los aspectos más importantes de la alergia alimentaria relacionada con el polen; una vez dicho eso, fue necesario hacer una selección debido a la amplitud de incremento en el conocimiento.
Presentación clínica de la alergia polen-alimento
Las reacciones clínicas que se asocian con la alergia alimentaria (AF) secundaria pueden ocurrir tan pronto como en la primera ingesta de un alimento, ya que la sensibilización tiene lugar por medio de alérgenos de polen en lugar de contacto con el alimento. Como tal, los pacientes a menudo la adquieren de manera inconsciente. Los síntomas de forma típica se manifiestan en unos pocos minutos hasta 2 horas después de la ingesta de los alimentos. Las reacciones pueden observarse en uno o más órganos diana, como la mucosa oral, la piel, el tracto gastrointestinal, el tracto respiratorio y el sistema cardiovascular.
La urticaria orofaríngea por contacto, también conocida antes como síndrome de alergia oral (OAS), describe manifestaciones que se limitan a la cavidad bucal y a la faringe. Los síntomas subjetivos típicos incluyen parestesia oral o prurito de los labios, la lengua, las encías, las orejas y/o la laringe, sensación de hinchazón y/o dificultad para tragar. Los síntomas objetivos pueden incluir hinchazón de los labios o lengua, ronquera y/o edema laríngeo. Algunos pacientes presentan manchas rojas o pequeñas ampollas transitorias en la mucosa oral (Fig. 1). Los síntomas por lo general se resuelven en 10-30 minutos; sin embargo, los pacientes también pueden llegar a desarrollar reacciones sistémicas.
En este caso, la piel se afecta con mayor frecuencia, en particular en la forma de urticaria aguda generalizada; el angioedema y el enrojecimiento se observan de manera más rara. Los síntomas respiratorios (por ejemplo, dificultad respiratoria, caída del flujo máximo, ataques de asma) también se pueden ver como resultado de la alergia alimentaria relacionada con el polen. Los síntomas gastrointestinales y cardiovasculares son más raros y por lo general no se consideran como manifestaciones únicas.
No se explica de manera concluyente por qué algunos pacientes desarrollan reacciones sistémicas además de síntomas locales. Desempeñan un papel importante la biodisponibilidad del alérgeno, el grado de sensibilización del paciente, así como otros posibles factores o cofactores de aumento (Tabla 3). Las alergias alimentarias concomitantes pueden ser más pronunciadas en los individuos alérgicos al polen durante la temporada relevante del polen.
Además de las reacciones de tipo inmediato, la esofagitis eosinofílica también se asocia con la alergia alimentaria relacionada con el polen, y se observa a veces una exacerbación transitoria del eccema en un subgrupo de pacientes con dermatitis atópica en el contexto de la sensibilización del polen tras la provocación oral con el alimento de reacción cruzada.
El diagnóstico de una alergia alimentaria en general tiene un impacto considerable en los pacientes: no sólo resulta en restricciones en la vida cotidiana debido a las medidas dietéticas necesarias, también se asocia en muchos casos a vivir bajo la constante amenaza de una repentina reacción alérgica, como anafilaxia que pone en riesgo la vida. Un estudio de pacientes con alergia alimentaria relacionada con el polen de abedul mostró una clara reducción en la calidad de vida, que fue más pronunciada en las mujeres que en los hombres y que empeoró con el número de alimentos no tolerados, la edad y la gravedad de los síntomas previos. Los principales problemas se asociaron con la preocupación general de los pacientes por su salud y su ansiedad por experimentar una reacción alérgica repentina e inesperada.
Alérgenos plantas alimentos
El contenido de alérgenos en los alimentos vegetales puede variar según el crecimiento y las condiciones de almacenamiento. Además, se pueden mostrar diversos grados de alergenicidad, junto con la evidencia de tipos de alérgenos altos y bajos, para varios cultivares de manzana (ver también la sección Consecuencias terapéuticas: medidas dietéticas) (un cultivar es un grupo de plantas seleccionadas artificialmente por diversos métodos a partir de un cultivo más variable, con el propósito de fijar en ellas caracteres de importancia que se mantengan tras la reproducción). Los principales alérgenos alimentarios de las plantas pertenecen a un puñado de familias de proteínas, donde los más conocidos entre ellos los homólogos de Bet v 1 (Tabla 1), LTPs, proteínas de almacenamiento y proteínas parecidas a la taumatina (TLP). Además, las profilinas y los determinantes de carbohidratos reactivos cruzados (CCD) desempeñan un papel como panalérgenos capaces de producir pruebas positivas de alergia de relevancia clínica en general dudosa. Las polcalcinas (proteínas que se unen al calcio) se encuentran sólo en el polen y, por tanto, no desempeñan ningún papel en la alergia alimentaria relacionada con el polen.
Con un grupo de niños en Italia como ejemplo, de forma reciente se realizó un intento basado en patrones de sensibilización molecular a los alérgenos Phl p 12 (profilina), Bet v 1 y Pru p 3 (LTP) para clasificar cinco tipos diferentes de alergia a alimento relacionada con el polen. Queda por dilucidar en qué medida esta clasificación puede ser útil en las áreas de diagnóstico y tratamiento.
Homólogos Bet v1
El principal componente alergénico en el polen del abedul, Bet v 1, pertenece a las proteínas de plantas en la familia de proteínas relacionadas con la patogénesis (PR-)10. Los homólogos de Bet v 1 están muy extendidos en el mundo de las plantas, así como en las frutas y hortalizas (Tabla 1). La avellana, la manzana, el apio, la zanahoria y la cereza pertenecen a los alérgenos alimentarios asociados de forma más común con la alergia al polen del abedul. Aunque los síntomas son por lo general leves y toman la forma de urticaria orofaríngea por contacto, pueden extenderse al choque alérgico, en particular en el caso de la ingestión de productos ricos en proteínas de soya. Un estudio danés sobre un grupo de pacientes con sensibilización a Cor a1 (avellana) también reveló que 49% experimentó síntomas objetivos. Por lo tanto, incluso en la monosensibilización, el riesgo de anafilaxia siempre debe tenerse en cuenta. Dado que el calor destruye de forma típica los alérgenos termolábiles PR-10, los alimentos cocidos, horneados o muy procesados suelen ser bien tolerados. Sin embargo, incluso las avellanas tostadas o el apio cocido pueden causar síntomas en algunos pacientes sensibilizados de forma fuerte.
Proteínas de transferencia de lípidos
La sensibilización a las LTP se observa de forma principal en la región mediterránea y de manera probable se produce en gran medida a través del tracto gastrointestinal después de la ingestión de duraznos. La LTP del durazno, Pru p 3, presenta similitudes estructurales con LTP en otros cultivares de frutas y hortalizas. Otras LTP de importancia clínica incluyen: Cor a 8 (avellana), Ara h 9 (cacahuate) y Jug r 3 (nuez). Se discute una asociación entre la sensibilización a LTP en alimentos y la sensibilización a alérgenos inhalantes (LTP) en artemisa, ciprés, olivo y sicomoro. Las LTP son resistentes al calor y la digestión, y la sensibilización a estas proteínas se asocia con reacciones sistémicas y graves.
Profilinas
Por su amplia presencia en el polen y los alimentos vegetales, las profilinas se consideran panalérgenos. Tienen una marcada reactividad cruzada entre las profilinas de diferentes fuentes (por ejemplo, Bet v2/abedul, Phl p12/pasto, Cor a2/avellana, Pru p4/durzno, Mal d 4/manzana, Ara h 5/cacahuate) que puede dar lugar a correacciones no específicas en diagnósticos de inmunoglobulina E específica (sIgE). El diagnóstico de alergia molecular con la determinación de IgE específica a Bet v2 puede ser un método de investigación útil, en particular de sensibilizaciones polivalentes en las pruebas cutáneas. Aunque las profilinas rara vez se asocian con síntomas clínicos, pueden causar reacciones locales y también graves en algunos pacientes. Presentan relevancia clínica para las reacciones alérgicas al melón (Cuc m 2), sandía, kiwi, tomate, plátano, piña, albaricoque, pepino y naranja.
Reacción cruzada con determinantes de carbohidratos
Se cree que de forma aproximada 20% de los pacientes con alergia al polen tienen anticuerpos contra proteínas mayores a 30 kDa, por lo que estos son en su mayoría determinantes de carbohidratos. Hay mucha discusión sobre la relevancia clínica de estos anticuerpos CCD. Se identificaron CCD en el polen de abedul, el pasto Timothy y la ambrosía, así como en numerosos alimentos como el apio (Api g5), el pimiento, la pimienta y el mango.
Proteínas tipo taumatina
Las proteínas tipo taumatina (TLP) se encuentran en el polen del sicomoro, así como en el polen del ciprés (Copa 3), el abedul, la artemisa y el olivo. Estos se identificaron, por ejemplo, como alérgenos importantes en la alergia al durazno. Con un peso molecular entre 20 y 30 kDa, las TLP tienen una estructura tridimensional estable (termoestable) y también se denominan como alérgenos PR-5. Su función en la alergia alimentaria relacionada con el polen se demostró de forma reciente, por lo que en la actualidald las observaciones se restringen a las regiones españolas. Ejemplos de TLP en los alimentos incluyen la Act d 2 (kiwi), Mal d 2 (manzana), Mus a 4 (plátano), Pru p2 (durazno) y Pru av 2 (cereza); también se identificaron en el repollo, la lechuga y las castañas.
Proteínas de almacenamiento.
El término “proteínas de almacenamiento” abarca un gran número de alérgenos alimentarios relacionados de forma estructural, en su mayoría estables, y por lo tanto con relevancia clínica. Con toda probabilidad, la sensibilización tiene lugar en gran medida vía el tracto gastrointestinal y no por medio de alérgenos inhalantes. La sensibilización a las proteínas de almacenamiento se asocia con un riesgo alto de síntomas sistémicos. Los alérgenos se encuentran en muchas fuentes de alérgenos vegetales, por ejemplo, nueces, semillas, legumbres, que incluyen cacahuate, soya, lupinos y cereales. Se conocen numerosas reacciones cruzadas.
Aspectos específicos de alérgenos seleccionados de plantas de alimentos
Frutas
En el estudio DEGS, las sensibilizaciones con IgE se observaron de manera más común al durazno (Pru p1/homólogos Bet v 1: 12.4%), la cereza (10.1%), la manzana (9.2%), el kiwi (7.5%) y la fresa (5.5%). Las sensibilizaciones a los homólogos de Bet v 1 Pru p 1 (durazno) y Mal d 1 (manzana) se detectan en particular de manera frecuente en los individuos alérgicos al polen del abedul en el norte de Europa, mientras que las sensibilizaciones (LTP) Pru p 3 y Mal d 3 son más frecuentes en Europa del sur. Otros alérgenos de manzana incluyen Mal d 2 (TLP) y Mal d 4 (profilina). La alergia a alimentos relacionada con el polen secundaria al kiwi se observa en la sensibilización al abedul (alérgenos Act 8/homólogo Bet v 1 o Act d 9/profilina), al pasto (Act d 9) y al látex.
Frutos secos y leguminosas.
En el estudio DEGS, 15.7% de los adultos se sensibilizó a la avellana, 4.0% a la almendra (frutos comestibles), 8.0% al cacahuate, 10.3% a Gly m 4 (soya), 3.9% a los lupinos y 3.7% a la soya). Los alérgenos alimentarios importantes para la avellana incluyen los siguientes: Cor a 1 (homólogo Bet v 1), Cor a 8 (LTP), Cor a 9 y Cor a 14 (proteínas de almacenamiento); Ara h 1, Ara h 2, Ara h 3 (proteínas de almacenamiento); para el cacahuate, Ara h 5 (profilina), Ara h 8 (homólogo de Bet v 1) y Ara h 9 (LTP); y para la soya, Gly m 3 (profilina), Gly m 4 (homólogo de Bet v 1), Gly m 5 y Gly m 5 (proteínas de almacenamiento).
Vegetales
El estudio DEGS midió las tasas de sensibilización de IgE de 8.7% a la zanahoria, al apio 8.6% y al tomate 6.1%. El apio y la zanahoria pertenecen a la familia Apiaceae. Los alérgenos del apio dignos de mención incluyen Api g 1 (homólogo de Bet v 1), Api g 2 (LTP), Api g 4 (profilina) y Api g 6 (LTP). De forma reciente también se reportó que se cree que 42% de los individuos alérgicos al apio están sensibilizados al alérgeno de alto peso molecular Api g 5. Se cree que existen homologías para los alérgenos de alto peso molecular de pasto e hinojo. Los alérgenos de la zanahoria incluyen Dau c 1 (homólogo de Bet v 1), Dau c 4 (profilina) y Dau c 3 (LTP). Los pacientes con alergia al polen de artemisa pueden desarrollar una alergia cruzada al apio y la zanahoria por medio de alérgenos aún no identificados. Los alérgenos importantes en el tomate incluyen Sola l 1 (profilina), Sola l 3 (LTP) y Sola l 4 (homólogo de Bet v 1), y en el pimiento, Cap a 1 (TLP) y Cap a 2 (profilina).
Aspectos específicos de alérgenos relevantes de pólenes
Familia del abedul (Betulacea)
La familia Betulacea, que incluye árbol de avellanas y alisos junto al abedul, pertenece a la orden Fagales.
Los principales alérgenos en el polen Betulacea incluyen moléculas en el grupo PR-10, donde las más importantes son Aln g 1 del aliso, Bet v 1 del abedul y Cor a1 de la avellana. La alergia alimentaria relacionada con el polen del abedul es de gran importancia en el norte y centro de Europa. De manera aproximada, 17% de los adultos en Alemania están sensibilizados al polen del abedul, por lo que se cree que 95% de los afectados tienen anticuerpos IgE contra el principal alérgeno Bet v 1. Éste exhibe una reactividad cruzada con un número de alérgenos homólogos Bet v 1 en los alimentos (Tabla 1). Los alérgenos menores de los grupos de moléculas de profilinas (por ejemplo, Bet v 2) y las TLP también pueden ser responsables de reacciones cruzadas con alimentos.
Artemisa (Artemisa vulgaris)
La artemisa pertenece a la familia de la margarita (Asteracea). Los alérgenos importantes incluyen Art v 1 (defensina), Art v 3 (LTP), Art v 4 (profilina), Art v 5 (polcalcin) y Art v 6 (homólogo del Amb a 1). Se cree que más de 95% de los pacientes sensibilizados a la artemisa tienen anticuerpos contra el alérgeno mayor, Art v 1. Aunque las alergias alimentarias con reacción cruzada parecen ser menos comunes que en los individuos alérgicos al polen de los árboles, se describen varias reacciones cruzadas clínicas (Tabla 2). En más de una ocasión se sospechó de un vínculo entre la sensibilización por inhalación a la LTP Art v 3 y la alergia alimentaria relacionada con LTP. Por ejemplo, Art v3 se describió como un alérgeno sensibilizante en individuos alérgicos al durazno y se asoció con reacciones de tipo inmediato al brócoli como posible reacción cruzada con la LTP Bra o 3.
Pastos
Se puede asumir una gran reactividad cruzada entre los pastos relacionados. Se sabe que la profilina Phl p 12 (alérgeno de gramíneas/Phleum pratense) puede causar reactividad cruzada con alérgenos alimentarios. Del mismo modo, los CCD del polen de pasto pueden producir resultados positivos en las pruebas. Se cuestiona si la sensibilización alimentaria relacionada con el polen de pasto es de relevancia clínica.
Ambrosía
De forma típica es nativa de América del Norte, la ambrosía se encuentra cada vez más en Europa. El Amb a 1 se considera el alérgeno principal para los síntomas por inhalación; otros alérgenos dignos de mención incluyen Amb a 4 (defensina), Amb a 6 (LTP), y Amb a 8 (profilina). Aunque una serie de alimentos se relacionan con la sensibilización a la ambrosía, persiste poco claro si y cuáles alérgenos pueden ser responsables. Los alérgenos Amb a 6 y Amb a 8 se sospechan en el síndrome de ambrosía-melón-plátano. Dado que la polisensibilización es común en los individuos alérgicos a la ambrosía, también se puede suponer que una alergia alimentaria asociada en individuos alérgicos a la ambrosía en muchos casos se atribuye de manera más probable a una sensibilización concomitante a otro alérgeno polínico.
Sicomoro
La sensibilización al polen del sicomoro ocurre de forma principal en el sur de Europa. Se cree que los principales alérgenos Pla a 1 y Pla a 2 son responsables de las enfermedades alérgicas de las vías respiratorias en la primavera. De un grupo de 61 pacientes sensibilizados con el sicomoro, más de 50% reportó una alergia alimentaria (en la mayoría de los casos al durazno), y de estos, un tercio experimentó síntomas sistémicos. La reactividad cruzada con una TLP o LTP (Pla a 3) se consideró como la responsable de estas alergias alimentarias relacionadas con el sicomoro.
Olivo
Los pólenes del olivo desempeñan un papel como alérgenos inhalados en el sur de Europa. Rara vez se vinculan con sensibilización asociada a los alérgenos alimentarios, en cuyo caso pueden atribuirse a la sensibilización profilínica.
La Tabla 2 enumera otros alérgenos alimentarios descritos que se asocian con la sensibilización al polen de las plantas.
Abordaje diagnóstico
El diagnóstico de la alergia alimentaria relacionada con el polen debe adaptarse de acuerdo con las reacciones clínicas descritas en la historia clínica del paciente (Tabla 4).
Pruebas cutáneas
La sensibilización a los alérgenos del polen se investiga de forma clásica con la prueba cutánea (SPT). Al diagnosticar la alergia alimentaria concomitante, la prueba prick-to-prick con material fresco en general es más sensible para algunos alimentos en comparación con las pruebas cutáneas con extractos de alimentos disponibles de forma comercial. Estos no están estandarizados de forma biológica, tienen sensibilidad baja, y con frecuencia producen resultados falsos negativos. Las razones para esto incluyen la baja ocurrencia y/o la mala estabilidad de muchos alérgenos en comparación con procesos enzimáticos endógenos en los extractos de alimentos de plantas. Además, cada vez hay menos extractos de alérgenos disponibles de manera comercial y cuando son, tienden a ser extremadamente costosos. Por el lado negativo, cualquier evaluación debe tener en cuenta la falta de estandarización en términos de contenido de alérgenos, que puede variar en función de las condiciones de crecimiento, madurez y almacenamiento, y un posible aspecto irritante asociado con algunos alimentos frescos. Por lo tanto, en la evaluación debe tenerse en cuenta la posibilidad de resultados falsos positivos en las pruebas de prick-to-prick con alimentos nativos. La reactividad cruzada a los panalérgenos, como las profilinas y las polcalcinas (estas últimas sólo se encuentran en el polen), también pueden provocar pruebas cutáneas falso positivas. Los estudios utilizan extractos de alérgenos de palma para investigar reacciones cruzadas inespecíficas en sensibilizaciones a estos panalérgenos en las pruebas cutáneas. Estos extractos aún no están disponibles en Alemania. El uso de extractos moleculares en el diagnóstico resuelto por componentes en la piel sólo es posible hasta ahora en los estudios.
Pruebas in vitro
Las posibilidades ofrecidas por los diagnósticos de IgE in vitro, como el diagnóstico resuelto por componentes (CRD), se ampliaron de manera significativa en los últimos años. No se recomiendan pruebas no selectivas (como las pruebas serológicas), por ejemplo, de numerosos tipos de frutas y vegetales o de los alérgenos únicos disponibles en la sensibilización cruzada asociada con el polen de abedul. La prueba in vitro se indica en la sospecha de alergia a los alimentos en los siguientes casos:
● Historial poco claro del paciente
● Pruebas cutáneas negativas
● Alimentos que no son adecuados para las pruebas cutáneas
● Reacciones anafilácticas graves (antes de la prueba cutánea)
● Impracticabilidad de las pruebas cutáneas (por ejemplo, debido a una enfermedad activa en el área de la prueba, uso de medicamentos/antihistamínicos que pueden afectar los resultados)
● Niños muy pequeños
La interpretación de los resultados requiere el conocimiento de las familias de alérgenos desencadenantes más relevantes en los alimentos vegetales (ver arriba). Dado que las proteínas PR-10 están subrepresentadas en muchos extractos de alimentos en las pruebas disponibles de forma comercial, la determinación de anticuerpos contra el alérgeno mayor del abedul Bet v 1 por lo general se indica para el diagnóstico de una alergia alimentaria relacionada con el polen del abedul. En la mayoría de los casos no se requiere una determinación adicional de proteínas PR-10 recombinantes. Es posible aumentar la sensibilidad de los sistemas de pruebas comerciales mediante la “extracción” de alérgenos recombinantes (como ya se realizó, por ejemplo, con Cor a 1 en la avellana).
La determinación de otros marcadores de alérgenos para alérgenos de plantas puede revelar el grado de posible reactividad cruzada y, en cierto grado, predecir la gravedad de los síntomas clínicos. Por ejemplo, en el caso de una sensibilización IgE confirmada al cacahuate, los anticuerpos sIgE para el homólogo de Bet v 1 Ara h 8 (proteína PR-10) pueden sugerir una reacción leve y localizada probable en el futuro, mientras que una reacción sistémica es mucho más probable en el caso de sensibilización a las proteínas de almacenamiento Ara h 1, 2, y 3.
Tolkki y su equipo de trabajo fueron capaces de demostrar que el diagnóstico resuelto por componentes en ensayos únicos (ImmunoCAP) o múltiples (ImmunoCAP ISAC) no fue capaz de aumentar la sensibilidad diagnóstica en pacientes con alergia a alimentos relacionada al polen de pastos y abedul. Esto confirmó investigaciones previas que no encontraron beneficio conferido por diagnóstico multiplex en la alergia a la manzana relacionada con el polen del abedul.
Si las pruebas de alergia in vitro encuentran sensibilizaciones de IgE extremadamente amplias a los alimentos, esto puede basarse en una reacción a panalérgenos como las profilinas ‒ como en las pruebas cutáneas ‒ o CCD. La combinación en particular de la detección positiva in vitro de IgE y una SPT negativa puede indicar una reacción in vitro a los CCD no liberadora de histamina en la SPT. En el caso de reacciones anafilácticas graves, debe investigarse la posible presencia de mastocitosis al medir la triptasa sérica. La medición de los niveles de IgG o IgG4 específicas a alimentos no se considera útil para fines diagnósticos y, como tal, no debe realizarse.
Pruebas de provocación oral
La detección de sensibilización en pruebas cutáneas o in vitro no debe equipararse con la relevancia clínica. Por lo tanto, en el caso de una historia clínica poco clara, la provocación oral es la única opción para confirmar una alergia alimentaria y puede ser de gran beneficio antes de prescribir una dieta de eliminación (Tabla 3). Las desventajas incluyen los requisitos de tiempo, los costos y la complejidad de producir comidas de exposición con material nativo. Todavía no hay alimentos de provocación disponibles de manera comercial. Debe prestarse atención aquí a la fluctuación del contenido de alérgenos según de dónde vienen las plantas y de sus condiciones de crecimiento y almacenamiento. También debe tenerse en cuenta la posible interacción alergénica con materiales cegadores. Además, es necesario considerar la vida útil de las comidas de provocación en términos de estabilidad y aspectos microbiológicos. En conjunto, hasta ahora es difícil comparar los resultados de las pruebas desde diferentes puntos temporales y diferentes hospitales; esto se debe a la falta de estandarización en el desempeño organizacional y en la evaluación de las pruebas. La posibilidad de la provocación oral resuelta por componentes con el recombinante Mal d 1 se investigó por primera vez de manera reciente.
Medición de la calidad de vida.
Los posibles efectos de una alergia alimentaria relacionada con el polen en la calidad de vida relacionada con la salud se pueden medir con el Cuestionario de Calidad de Vida de la Alergia Alimentaria (FAQLQ).
Consecuencias terapéuticas
Mediciones dietéticas
Una dieta de eliminación sólo debe aplicarse si la sensibilización se demostró de forma clara y con relevancia clínica. De forma particular en el caso de los individuos atópicos, es importante asegurarse de que las dietas estrictas no se adhieren sólo de acuerdo con pruebas positivas de alergia. Además, una dieta de eliminación sólo debe cubrir los alérgenos alimentarios clínicamente relevantes y no basarse sólo en una lista de alimentos conocidos y, de manera posible, de reactividad cruzada. Se requiere asesoramiento dietético individual para este fin. Los siguientes alérgenos alimentarios capaces de causar síntomas relacionados con el polen son declarables en Europa: cacahuate, soya, frutos secos comestibles (almendras, pistachos, nueces de Brasil/macadamia y avellanas), apio y mostaza.
Además de la eliminación completa, algunos pacientes pueden ser capaces de consumir cuando sea apropiado productos bajos en alérgenos. Los estudios demuestran que los cultivares Elise y Santana para manzana causan síntomas orofaríngeos clínicos de forma más rara en comparación con otros cultivares de manzana, mientras que Renate y Cortland lo hacen con más frecuencia. El período de almacenamiento y las condiciones también afectan al contenido de Mal d 1. Con técnicas de ingeniería genética, fue posible reducir el contenido de Mal d 1 en ‒y por lo tanto la alergenicidad‒ las manzanas, así como reducir el contenido de Lyc c 1 en los tomates. Sin embargo, estos alimentos no están disponibles de forma comercial todavía. Es posible, mediante calentamiento o procesamiento, reducir la alergenicidad de los homólogos de Bet v 1 y las profilinas.
Medicamentos de emergencia
El tratamiento de las personas afectadas con medicamentos de emergencia, incluido un autoinyector de adrenalina, necesita ponderarse exagerarse al tener en cuenta la reacción clínica esperada (local o sistémica), el riesgo de exposición, así como otras posibles comorbilidades y cofactores. En el caso de sólo síntomas orofaríngeos leves al consumir alimentos que de otro modo en general son fáciles de evitar, la recomendación en caso de exposición accidental de usar antihistamínicos orales según sea necesario parece adecuada.
Inmunoterapia específica para alérgenos
La inmunoterapia específica para alérgenos (ASIT) contra los alérgenos de polen con reacción cruzada parece conferir un beneficio en términos de alergia alimentaria concomitante en algunos pacientes. Sin embargo, hasta el momento, los datos de estudio no son lo suficientemente inequívocos para justificar la consideración de la alergia alimentaria sola como una indicación para iniciar ASIT. Por lo tanto, de acuerdo con las guías, la ASIT de polen sólo debe realizarse si la indicación se hace de acuerdo con los síntomas respiratorios concomitantes. Un estudio reciente demostró, tanto in vitro como en un modelo de ratón, que la vacunación con una molécula híbrida dirigida contra los tres epítopos relevantes de células T (Bet v 1 así como los epítopos con reactividad cruzada de manzana y avellana) es capaz de inducir anticuerpos protectores en alergia alimentaria relacionada con el polen. La aplicación clínica potencial en seres humanos todavía está por verse.




Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica CRAIC, Hospital Universitario “Dr. José Eleuterio González” UANL, Monterrey, México

Dra. Med. Sandra Nora González Díaz         Jefe y Profesor
Dra. Bárbara Elizondo Villarreal                  Profesor
Dr. David Eugenio Román Cañamar            Residente 1er Año
Dra. Alejandra Macías Weinmann                Profesor

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