A pesar de que las TIC constituyen uno de los principales motores de cambio del sistema sanitario, su implantación no se está produciendo al ritmo deseado.
Autor: Mercedes Metrak @Mertrak Fuente: Blogthinkbig Articulo TIC
¿Qué significa TIC?
La sigla TIC, se refiere al concepto de las tecnologías de la información y la comunicación. “En líneas generales podríamos decir que las nuevas tecnologías de la información y comunicación son las que giran en torno a tres medios básicos: la informática, la microelectrónica y las telecomunicaciones; pero giran, no sólo de forma aislada, sino lo que es más significativo de manera interactiva e interconexionadas, lo que permite conseguir nuevas realidades comunicativas”. (Cabero, 1998: 198)
Barreras principales:
Según detalla el artículo las barreras son de diversa índole: humanas, de liderazgo, gestión y planificación, legales, de seguridad, económicas, políticas…
Pero, pese a la rigidez organizativa del sistema de salud o la resistencia al cambio entre sus profesionales, por citar dos de las grandes trabas, las TIC tienen mucho que aportar y los ciudadanos son cada vez más proactivos en su uso por el convencimiento de que mejoran la respuesta a sus necesidades. De ahí que, a iniciativa del Grupo Menarini, un grupo de expertos haya identificado diez áreas prioritarias y haga un llamamiento a la acción para impulsar y agilizar este cambio necesario:
1. Promover la interoperabilidad de bases de datos para facilitar el acceso a la información, integrada y compartida. Por ejemplo, pese a ser un caso de éxito y gozar de una amplia implantación, aún no podemos hablar de historias clínicas integradas entre niveles, e interconectadas entre las diferentes comunidades autónomas y entre los sistemas públicos y privados. Y, para conseguir un modelo sanitario verdaderamente centrado en el paciente, resulta clave una gestión integrada y multidisciplinar, así como la continuidad entre los distintos niveles asistenciales (atención primaria, especialistas, urgencias, el hospital, la farmacia y los servicios sociales).
2. Mostrar el impacto claro de las TIC en salud a través de programas de investigación.
Como se mencionaba en el “Análisis de la eSalud en España”, es necesario establecer indicadores de calidad y eficiencia.
3. Instaurar las TIC como un elemento estratégico en la atención a la cronicidad (tienen mucho que aportar en este sentido).
4. Formar a los profesionales en el acceso, uso y entendimiento de los beneficios de las TIC en la mejora de la eficiencia y resultados de salud.
5. Favorecer la educación para la salud de la población con programas asociados a las TIC que fomenten el autocuidado y hábitos saludables: el nuevo paciente emergente tiene un papel muy importante en el escenario que se persigue.
6. Promover el uso de programas de telemedicina para permitir la interacción entre paciente y profesional sanitario y reducir las barreras geográficas y temporales.
7. Establecer medidas para reducir la resistencia al cambio de los profesionales sanitarios y de los agentes de salud. En una mesa redonda sobre el desarrollo de la mHealth en España celebrada en Fundación Telefónica, se llegó a escuchar la expresión “esclerosis cultural del personal sanitario”, si bien es justo decir que ya hay profesionales que recetan apps o actúan de coach de sus pacientes.
8. Flexibilizar las estructuras sanitarias con el fin de poder adoptar y adaptarse a los avances tecnológicos.
9. Diseñar programas de desarrollo e implantación de las TIC en salud con perspectivas a medio-largo plazo, para permitir a los gestores de salud integrarlos y analizarlos en los presupuestos anuales. Tanto para evitar el colapso del sistema, como para ofrecer una sanidad moderna y adaptada a los nuevos tiempos, es necesario que la inversión TIC en sanidad se intensifique.
10. Mayor voluntad política e inversión en TIC en el área de salud con una visión a medio y largo plazo.
Para terminar, recalcaría que hay en marcha un cambio de mentalidad que está costando y para su impulso es necesario entender la eHealth como una herramienta de valor que mejora la eficiencia y ahorra costes, a partir de una redefinición de los procesos y las relaciones. Por otro lado, la participación conjunta en la toma de decisiones por parte de profesionales y pacientes requiere buena información, en fondo y forma, y una capacitación previa, y aquí aún queda un importante camino que recorrer por ambas partes y también hay que acelerar el paso.
Y me gustaría concluir con la afirmación de Joan Carles March, del comité de expertos del Foro conTIC y director de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP):
La sigla TIC, se refiere al concepto de las tecnologías de la información y la comunicación. “En líneas generales podríamos decir que las nuevas tecnologías de la información y comunicación son las que giran en torno a tres medios básicos: la informática, la microelectrónica y las telecomunicaciones; pero giran, no sólo de forma aislada, sino lo que es más significativo de manera interactiva e interconexionadas, lo que permite conseguir nuevas realidades comunicativas”. (Cabero, 1998: 198)
Barreras principales:
Según detalla el artículo las barreras son de diversa índole: humanas, de liderazgo, gestión y planificación, legales, de seguridad, económicas, políticas…
Pero, pese a la rigidez organizativa del sistema de salud o la resistencia al cambio entre sus profesionales, por citar dos de las grandes trabas, las TIC tienen mucho que aportar y los ciudadanos son cada vez más proactivos en su uso por el convencimiento de que mejoran la respuesta a sus necesidades. De ahí que, a iniciativa del Grupo Menarini, un grupo de expertos haya identificado diez áreas prioritarias y haga un llamamiento a la acción para impulsar y agilizar este cambio necesario:
1. Promover la interoperabilidad de bases de datos para facilitar el acceso a la información, integrada y compartida. Por ejemplo, pese a ser un caso de éxito y gozar de una amplia implantación, aún no podemos hablar de historias clínicas integradas entre niveles, e interconectadas entre las diferentes comunidades autónomas y entre los sistemas públicos y privados. Y, para conseguir un modelo sanitario verdaderamente centrado en el paciente, resulta clave una gestión integrada y multidisciplinar, así como la continuidad entre los distintos niveles asistenciales (atención primaria, especialistas, urgencias, el hospital, la farmacia y los servicios sociales).
2. Mostrar el impacto claro de las TIC en salud a través de programas de investigación.
Como se mencionaba en el “Análisis de la eSalud en España”, es necesario establecer indicadores de calidad y eficiencia.
3. Instaurar las TIC como un elemento estratégico en la atención a la cronicidad (tienen mucho que aportar en este sentido).
4. Formar a los profesionales en el acceso, uso y entendimiento de los beneficios de las TIC en la mejora de la eficiencia y resultados de salud.
5. Favorecer la educación para la salud de la población con programas asociados a las TIC que fomenten el autocuidado y hábitos saludables: el nuevo paciente emergente tiene un papel muy importante en el escenario que se persigue.
6. Promover el uso de programas de telemedicina para permitir la interacción entre paciente y profesional sanitario y reducir las barreras geográficas y temporales.
7. Establecer medidas para reducir la resistencia al cambio de los profesionales sanitarios y de los agentes de salud. En una mesa redonda sobre el desarrollo de la mHealth en España celebrada en Fundación Telefónica, se llegó a escuchar la expresión “esclerosis cultural del personal sanitario”, si bien es justo decir que ya hay profesionales que recetan apps o actúan de coach de sus pacientes.
8. Flexibilizar las estructuras sanitarias con el fin de poder adoptar y adaptarse a los avances tecnológicos.
9. Diseñar programas de desarrollo e implantación de las TIC en salud con perspectivas a medio-largo plazo, para permitir a los gestores de salud integrarlos y analizarlos en los presupuestos anuales. Tanto para evitar el colapso del sistema, como para ofrecer una sanidad moderna y adaptada a los nuevos tiempos, es necesario que la inversión TIC en sanidad se intensifique.
10. Mayor voluntad política e inversión en TIC en el área de salud con una visión a medio y largo plazo.
Para terminar, recalcaría que hay en marcha un cambio de mentalidad que está costando y para su impulso es necesario entender la eHealth como una herramienta de valor que mejora la eficiencia y ahorra costes, a partir de una redefinición de los procesos y las relaciones. Por otro lado, la participación conjunta en la toma de decisiones por parte de profesionales y pacientes requiere buena información, en fondo y forma, y una capacitación previa, y aquí aún queda un importante camino que recorrer por ambas partes y también hay que acelerar el paso.
Y me gustaría concluir con la afirmación de Joan Carles March, del comité de expertos del Foro conTIC y director de la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP):
“Hasta ahora, y por reglaFuente:
general con honrosas excepciones, las TIC en el ámbito sanitario se han centrado en agilizar la
burocracia, en informatizar procesos antiguos y en registrar la historia clínica y poco más; hay
que avanzar en el diseño de herramientas verdaderamente útiles para la toma de decisiones
por parte de pacientes, clínicos y gestores”.
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