¿Cuáles son los principales signos y síntomas del asma? Nos los explica en este vídeo el doctor Ángel López-Silvarrey, en este canal coordinado por la Unidad de Innovación del Instituto de Investigación Sanitaria San Carlos (IdISSC).
De la mano del doctor Ángel López-Silvarrey, pediatra de la Unidad de Innovación del Instituto de Investigación Sanitaria San Carlos (IdISSC), conocemos los principales signos y síntomas del asma que son:
- la dificultad para respirar o disnea,
- la presencia de pitidos en el pecho o sibilancias,
- una tos característica, inicialmente seca y persistente,
- en ocasiones sensación de opresión en el pecho e incluso dolor al respirar.
El estrechamiento de la vía aérea y la hiperreactividad bronquial, origen de estos síntomas, pueden afectar el adecuado intercambio gaseoso para obtener oxígeno y eliminar anhídrido carbónico de nuestro cuerpo que realiza el aparato respiratorio. Cuando la situación se agrava, el organismo pone en marcha mecanismos de compensación para mantener este equilibrio. Por ejemplo, se aumenta la frecuencia respiratoria, o aumenta el trabajo de los músculos accesorios respiratorios e incluso del diafragma y abdominales para mejorar la respiración. En este caso se observarán retracciones entre o debajo de las costillas y encima del esternón. En las situaciones más complicadas se verá que el esfuerzo respiratorio es realizado de forma muy importante por los músculos del abdomen.
Si la crisis es grave y progresa, estos mecanismos de compensación fracasan apareciendo signos y síntomas de insuficiencia respiratoria. La cianosis, o presencia de un color azulado por falta de oxígeno en determinadas zonas como los labios o debajo de las uñas, o la obnubilación o la pérdida de conciencia por exceso de anhídrido carbónico son algunos de ellos. Afortunadamente estos síntomas graves son muy poco frecuentes y es muy difícil llegar a ellos si se inicia precozmente el tratamiento previsto para aliviar los síntomas y evitar así la progresión.
La mayoría de los pacientes presentan síntomas o crisis esporádicas y ocasionales, de intensidad variable, que revierten adecuadamente con la medicación prevista para el alivio los síntomas, pasando períodos más o menos largos totalmente libres de síntomas. Algunos presentan síntomas más persistentes, por presentar un proceso más grave o por la exposición continuada a algún factor que le desencadene los síntomas.
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