El estudio publicado el jueves comparó dos comunidades -los amish de Indiana y la comunidad huterita de Dakota del Sur- que tienen muchas características comunes pero métodos diferentes de agricultura.
Los amish, un grupo menonita, son conocidos por su modo de vida simple y su aversión a la tecnología. Viven en granjas lecheras y utilizan caballos para el trabajo y el transporte.
En cambio, los huteritas emplean maquinaria moderna e industrializada en sus granjas, por lo que tienen menos contacto directo con los animales.
Ambas comunidades tienen una ascendencia genética similar, que procede de los inmigrantes de Europa central, y siguen la dieta agrícola tradicional germánica.
También beben leche recién ordeñada, vacunan a sus hijos, amamantan a sus bebés y no permiten animales domésticos dentro de las viviendas.
Pero a pesar de estas semejanzas, las tasas de incidencia del asma en las dos comunidades son radicalmente diferentes.
Sólo un 5% de los niños amish en edad escolar padece asma, la mitad del promedio estadounidense, mientras que los huteritas tienen una tasa inusualmente alta de prevalencia de esa enfermedad, un 21,3%, señala el estudio.
“Hace más de una década, nuestra colega Erika von Mutius descubrió que crecer en una granja puede protegerte contra el asma”, explicó Carole Ober, coautora del estudio y profesora y directora del departamento de genética humana en la Universidad de Chicago.
“Nuestro nuevo estudio, basado en su trabajo, demuestra que lo importante no es solo trabajar en la granja”, agrega.
Los investigadores descubrieron que la diferencia en la incidencia del asma se explica por la clase de polvo que hay dentro de sus casas.
Las casas de los amish son “mucho más ricas en productos microbianos”, dice el estudio.
Aunque tanto los amish como los huteritas son ordenados y mantienen limpias sus casas, los investigadores detectaron que el tipo de polvo en las casas de los amish es lo que hace que el sistema inmunitario de los niños sea más resistente al asma.
Los análisis sanguíneos a 30 niños amish y 30 huteritas entre 7 y 14 años mostró que los primeros tienen más neutrófilos en la sangre, unas células clave para combatir las infecciones, que tienen menos células que generan alergias.
“Esperamos que nuestros descubrimientos permitan la identificación de sustancias que abrirán el camino a nuevas estrategias para prevenir el asma y las alergias”, dijo Erika von Mutius.
Fuente: http://www.elnuevoherald.com/
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