sábado, 4 de junio de 2016

La contaminación, un peligroso enemigo para las personas con asma

La contaminación del aire aumenta los casos de crisis asmáticas y la severidad del asma en niños y adolescentes, según ha mostrado la investigación ‘Análisis de la frecuentación de urgencias de los pacientes asmáticos. Relación con la calidad ambiental’, liderada por la neumóloga y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), Laura Caballero Ballesteros.

“El objetivo de nuestra investigación es analizar la frecuencia de visitas a urgencias de los pacientes asmáticos y su relación con la calidad del aire ambiental junto con el incremento de ciertos contaminantes del aire”, ha explicado la experta, que presentará su trabajo durante las actividades científicas del 49º Congreso Nacional de SEPAR, que se celebrará del 10 al 13 de junio en Granada.

Y es que, tal y como ha argumentado, existe una asociación estadísticamente significativa entre el aumento de partículas contaminantes del aire de un diámetro de menos de 2,5 micras y las crisis asmáticas, así como un incremento en la incidencia y la severidad del asma en niños y adolescentes”, ha apostillado.
Por otra parte, el análisis realizado también ha servido para demostrar que los niveles de polinización tienen un impacto en el aumento del número de broncoespasmos. Aunque este factor no ha sido objeto de este estudio, la doctora ha comentado que tales niveles, junto a la ola de calor experimentada durante el mes de mayo de 2015, favorecieron la aparición de crisis asmáticas severas.
EFECTOS SECUNDARIOS DE LAS PARTÍCULAS PEQUEÑAS DE CONTAMINACIÓN
La exposición a la contaminación de partículas pequeñas conlleva efectos sanitarios aunque ésta sea en muy bajas concentraciones. Las partículas de menor tamaño están compuestas por elementos más tóxicos, y en la mayoría de los casos provienen de las emisiones de los vehículos diesel. La mayoría de las fuentes de contaminación requieren la adopción de medidas regulatorias por parte de las Administraciones correspondientes.
“Una de las estrategias fundamentales para mejorar la salud respiratoria de la población asmática reside en la implementación de estrictas medidas que permitan reducir de forma efectiva las emisiones de partículas contaminantes a la atmósfera”, ha recalcado Caballero, para señalar que las partículas procedentes del tráfico urbano se asocian con incrementos en la morbilidad y la mortalidad de la población expuesta.
Tal exposición predispone a los ciudadanos a desarrollar problemas respiratorios severos, como el asma o alergias, especialmente en la población infantil. La ligereza de las partículas de menor tamaño facilita la penetración de estas en el aparato respiratorio, concretamente en los alvéolos pulmonares, provocando una disminución lenta pero progresiva de la función pulmonar.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de la influencia de la contaminación ambiental en la salud respiratoria de la población. Entre los datos difundidos, destacan, como contaminantes potencialmente dañinos, el ozono y el material particulado menor de 10 y 2,5 micras (PM10 y PM 2,5, respectivamente). Así pues, la contaminación del aire se ha convertido un importante riesgo medioambiental para la salud, bien sea en los países desarrollados o en los países en desarrollo.

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