La alergia a la picadura de los himenópteros, o sea a las avispas y las abejas, afecta a un 3% de la población, por lo que se estima que causa entre 15 y 20 muertes al año según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic)
Durante los meses de mayo a septiembre es cuando se producen el mayor número de picaduras de himenópteros que ocasiona en general molestias locales de tipo inflamatorio con dolor, enrojecimiento, picor e hinchazón; de forma inmediata y con una duración de 24 a 48 horas, desapareciendo sin secuelas.
En individuos sanos y no alérgicos se pueden soportar bien hasta 25 picaduras, a partir de 50 tendríamos ya un efecto tóxico a nivel de piel, músculos, alteraciones de coagulación, fallo renal o del sistema nervioso. Se calcula que la dosis letal en los niños sería de 100 picaduras y en adultos de 500.
La doctora Esther Velázquez Amor, especialista en alergología e inmunología clínica de Quirón Sagrado Corazón, explica que la alergia a los insectos no se hereda, ni aparece en la primera picadura si no que se necesita más de una para que en algunas personas se active el sistema inmunológico y en siguientes picaduras pueda dar lugar a una reacción más intensa.
La especialista hace hincapié en la importancia de reconocerlas y saber dónde viven para evitar las picaduras. Dice que las avispas soncarnívoras y muy agresivas, no pierden el aguijón tras la picadura por lo que pueden volver a picar, construyen sus avisperos al aire libre, campos, piscinas, jardines y edificios, las polistes y las vespulas, los construyen en la tierra o a nivel del suelo.
Sin embargo, según la doctora, las abejas son vegetarianas, pierden el aguijón cuando pican y mueren al hacerlo. Construyen sus colmenas alrededor de campos y arboledas.
Recomienda que en los casos en los que aparezca alguna reacción como picaduras mayores de 10 centímetros de diámetro dolorosa y persistente más de 24 horas, que afecte a más de dos articulaciones en extremidades, urticaria generalizada hinchazón en zona distinta a la de la picadura, náuseas, vómitos, diarreas o dificultad respiratoria, hay que acudir al alergólogo.
Pero ¿qué hacemos si nos pican?
Lo primero alejarse del lugar (las avispas liberan feromonas de alarma que atraen a otras dando lugar a nuevas picaduras). Si ha sido una abeja extraer el aguijón con cuidado, sin presionar para que no expulse más veneno. Elevar la zona afecta, especialmente si se trata de brazos o piernas y aplicar hielo (envuelto en tela o plástico) o una compresa fría para reducir la inflamación y el dolor.
Limpiar suavemente el área de la picadura con agua y jabón para evitar infecciones secundarias; no romper las vesículas o ampollas. Aplicar corticoides tópicos o antihistamínicos orales para aliviar el picor.
Si aumenta la inflamación o si parece haber infección (con dolor, calor e hinchazón local) debe consultar al médico.
Se desaconsejan remedios caseros como el barro, orina o saliva que aunque funcionan en cuanto a los síntomas de la picadura (calman el dolor, reducen inflamación) pueden causar infecciones secundarias.
Sí ya está diagnosticado de alergia grave a himenópteros debe llevar dispositivo autoinyectable de adrenalina, conocer su forma de administración y siempre, después, acudir al servicio de urgencias más cercano.
Para evitar picaduras debe procurar no acercarse a colmenas ni panales de abejas ni a nidos de avispas. Si accidentalmente se acerca, retírese con movimientos lentos.
Si una abeja o avispa se posa sobre alguna parte de su anatomía no intente matarla ni espantarla; permanezca quieto o haga sólo movimientos lentos hasta que se aleje.
Durante la época de calor, si bebe algún líquido azucarado,compruebe que no hay abejas o avispas en los bordes del recipiente.
No manipule frutas y en general comidas al aire libre. No se acerque a los cubos de basura en la calle.
Si deja ropa en el suelo sacúdala antes de ponérsela, pues puede haber alguna avispa entre sus pliegues. Evite caminar descalzo, así como hacerlo por huertos en floración, campos de trébol o cualquier área con abundantes flores.
Durante la época de actividad (mayo a septiembre) use ropa de colores poco llamativos y no use perfumes ni sprays para el cabello cuando salga al campo. No pode árboles ni siegue césped o setos durante la época de actividad.
Las colisiones con éstos insectos pueden causar picaduras; por lo tanto evite correr o montar a caballo, en bicicleta o en moto en áreas en que haya abundancia de flores. Un coche descapotable con el techo bajado es especialmente peligroso.
Aplicar repelente tipo (DEET) en las zonas descubiertas de la piel si va a salir a pasear por el campo, o en zona de piscinas.
Dentro de recintos cerrados mantenga una red para atrapar cualquier insecto volador que penetre; también es útil tener un insecticida para matarles (en la guantera del coche puede ser muy útil).
Advierta a los niños de no tirar piedras o ramas a los nidos de los insectos.
Para terminar,un mensaje positivo: la alergia a los himenópteros tiene tratamiento y es efectivo en un 95% de los casos. Consiste en administrar inyecciones subcutáneas mensuales durante 3 a 5 años con extracto del veneno al cual se es alérgico consiguiendo que tras nuevas picaduras éstas sean toleradas, el efecto además es duradero y a los diez años tras la suspensión de la vacuna el 90% de los pacientes siguen estando protegidos.
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