lunes, 22 de diciembre de 2014

Manejo de la pitiriasis alba en atención primaria

Resumen:

La Pitiriasis Alba es un trastorno caracterizado por máculas hipopigmentadas de bordes mal definidos y superficie ligeramente descamativa, que aparecen normalmente en las mejillas y los brazos de niños o adolescentes de piel morena. Como terapéutica, además de explicar la naturaleza benigna de la enfermedad y su curso recidivante durante unos pocos años, es aconsejable la aplicación precoz de corticoides suaves a las lesiones precedentes de eccema con el fin de reducir la intensidad de la hipopigmentación. También se recomienda el uso frecuente de cremas hidratantes.


Autora: Encarnación Sánchez Jiménez. Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria.

Palabras clave: pitiriasis alba, diagnóstico, paciente.



CONCEPTO

Es un tipo de dermatitis inespecífica de causa desconocida, que se caracteriza por originar placas eritematodescamativas que remiten dejando áreas despigmentadas. Se han utilizado otros términos para designar este proceso, incluyendo los de pitiriasis simple, pitiriasis maculata, impétigo sicca, impétigo pitiroides e impétigo crónico simétrico, pero probablemente sea mejor abandonarlos.
Dichas máculas son de tamaño variable localizadas con mayor frecuencia en la cara, el cuello, parte superior del tronco y extremidades.
La importancia de la pitiriasis alba se debe a su elevada frecuencia y a su aspecto inestético. Se acepta que más de 30% de los niños presentan pitiriasis alba como hallazgo asintomático.
Los padres le dan mucha importancia asociándola erróneamente a falta de vitaminas, anemia o infecciones por hongos. Suele afectar a niños de ambos sexos, predominantemente en edad escolar y es una de las alteraciones de la piel más frecuentes en países subdesarrollados, considerándose incluso como “normal”.

ETIOLOGÍA

No han sido confirmadas las teorías de los primeros investigadores sobre el papel de una infección estreptocócica como responsable de este cuadro. Sin embargo, la historia y la distribución de las lesiones en algunos casos sugieren que el impétigo puede ser a veces un factor precipitante, aunque la pitiriasis alba no sea propiamente un proceso infeccioso.
La pitiriasis alba probablemente represente un síndrome con varias causas. Las teorías al respecto son múltiples, aunque no existen estudios sistemáticos que las sustenten. En el lenguaje popular se conoce como “empeines”.
En los países desarrollados se considera que la pitiriasis alba es una manifestación de la dermatitis atópica. La exposición al sol, los baños en piscinas o el contacto con jabones es un factor precipitante bien conocido pues al broncearse la piel sana aumenta el contraste con las placas de pitiriasis alba, que no se broncean.
Se supone que en estas lesiones existe un exceso de flora microbiana normal sin evidencia clínica de infección (impétigo seco), que podría actuar induciendo descamación fina que impediría la pigmentación causada por exposición solar.
Algunos estudios sugieren una relación con la xerosis, la dermatitis atópica y la pobreza. Podría representar una dermatitis inespecífica con hipopigmentación residual postinflamatoria.

ANATOMÍA PATOLÓGICA

Histológicamente la lesión temprana de P. alba muestra dilatación folicular, espongiosis, infiltrado perivascular superficial y edema dérmico. La lesión tardía muestra cambios inespecíficos de hiperqueratosis, paraqueratosis focal y espongiosis. Hay una reducción variable de la melanina de los melanocitos de la epidermis basal. Ultraestructuralmente, no se observaron cambios degenerativos en los melanocitos ni reducción del número de melanosomas en los queratinocitos. La evaluación histopatológica puede ser necesaria para distinguirlo de la pitiriasis versicolor y la lepra.
A veces es difícil diferenciar clínicamente la pitiriasis alba de otros trastornos hipopigmentados como nevus despigmentado (ND) y vitíligo.
Aunque la pitiriasis alba es un trastorno hipopigmentado común, poca atención se ha centrado en esta enfermedad, y sólo unos pocos estudios clínico-patológicos han sido realizados. Por lo tanto, el conocimiento de las características clínicas e histopatológicas en la pitiriasis alba serían útil para diferenciarla de otras enfermedades hipopigmentadas similares.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS

La pitiriasis alba predomina en los niños de edades comprendidas entre los 3 y 16 años, en cuyo grupo de edad la incidencia puede alcanzar el 30-40%. Ambos sexos tienen igual susceptibilidad. Cada lesión individual es una placa redondeada, oval o irregular, roja, rosada o de color de la piel y con una fina descamación lamelar o furfurácea. En fases iniciales el eritema puede ser llamativo, pudiendo existir mínimas costras serosas en algunos puntos de la superficie de algunas placas. Más tarde el eritema desaparece por completo y en el estadio en que las lesiones suelen ser vistas por el médico, muestran sólo una fina descamación y despigmentación.
Las lesiones se localizan en áreas expuestas al sol, predominantemente en cara y en regiones externas de extremidades superiores. Se caracterizan por manchas con falta de pigmentación. Habitualmente son múltiples y miden de 0.5 a 2 cms. siendo irregulares o redondeadas, de bordes difusos, con descamación fina superficial. Las lesiones son asintomáticas y persisten meses o años.

DIAGNÓSTICO

El diagnóstico de pitiriasis alba es fundamentalmente clínico siendo suficiente la simple observación de las lesiones ya que es muy fácil de reconocer para el dermatólogo.
El análisis histológico no es específico. Debe hacerse el diagnóstico diferencial con vitíligo (se presenta como máculas hipopigmentadas, bien definidas, confluyentes, con predilección por áreas perioral y periocular) y con la pitiriasis versicolor (máculas descamativas redondas u ovales que pueden converger hasta cubrir grandes áreas de la superficie corporal con predilección por tórax, espalda y parte superior de los brazos). La dermatitis atópica y la psoriasis no suelen plantear dudas.

TRATAMIENTO

Las lesiones pueden perdurar durante meses o años. Son útiles:
Proteger con un filtro solar las zonas afectadas.
Mantener una buena hidratación de la piel.
Se pueden utilizar emolientes.
Los corticoides tópicos pueden acelerar la repigmentación

PREVENCIÓN Y PRONÓSTICO

Las lesiones pueden persistir por meses o años o bien ser recurrentes hasta la pubertad, edad en la cual se incrementa la secreción sebácea solucionándose el problema. El aseo diario con agua y jabones suaves, la lubricación y el uso de filtros solares son importantes en su prevención.

BIBLIOGRAFÍA

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