miércoles, 8 de octubre de 2014

Vinculan el Bisfenol A de los plásticos y latas con el asma infantil

Algunos ya lo conocerán, a muchos otros simplemente les sonará, pero es posible que la gran mayoría de la población desconozca por completo qué es y cuáles son los riesgos del Bisfenol A (conocido también por sus siglas BPA), un compuesto químico que se ha demostrado que es perjudicial para la salud pero que, sin embargo, está presente en muchos productos de consumo. Se encuentra, por ejemplo, en infinidad de recipientes y envases destinados a estar en contacto con alimentos y bebidas como tazas, botellas de agua reutilizables, latas, tuppers, ciertos tipos de papel y cartón destinados a contener alimentos...


A pesar de que no son pocos los estudios científicos que demuestran que parte del Bisfenol A presente en las latas y otros recipientes pasa a los productos alimentarios contenidos en ellos, y por consiguiente al organismo de las personas, en Europa sólo está prohibida su presencia en biberones y/o en otros recipientes destinados a alimentos infantiles (desde junio del 2011). Y ello a pesar que la comunidad científica pide desde hace años que dicha prohibición se extienda a todos los materiales, envases y recipientes que puedan estar en contacto con alimentos.
Centenares de investigaciones asocian la exposición a esta sustancia, a dosis muy bajas, con múltiples problemas de salud, incluido el cáncer. Recientemente un grupo de científicos estadounidense ha descubierto que la exposición prenatal al Bisfenol A puede asociarse a una menor función pulmonar y al desarrollo de sibilancias persistentes durante la infancia. Según dicha investigación, los resultados de la cual han sido publicados en la última edición de la revista científica JAMA Pediatrics, ello podría explicar el dramático aumento de la prevalencia del asma en las últimas décadas.
A Nicolás Olea, experto en la materia y profesor de la Universidad de Granada, no le ha sorprendido este último descubrimiento que vincula el asma con el Bisfenol A: “El problema es que van a salir cada vez más estudios que van a relacionar este compuesto químico con problemas de salud”. “Lo más preocupante de todo -se lamenta el experto- es que ya se ha producido una exposición masiva; todas las personas de países desarrollados tienen BPA en su organismo, el plástico aparece en su orina”.
Aunque “existen alternativas al Bisfenol A que no son dañinas para la salud”, como explica Olea, este se sigue usando ampliamente. Sólo en Francia el Gobierno se atrevió a prohibir su utilización en todos los envases de alimentos. “En España se va a remolque de la Unión Europea y esta no está haciendo nada al respecto: desde la primavera del año pasado las autoridades europeas competentes tienen los informes técnicos que instan a la prohibición del Bisfenol A en las mesas de sus despachos”, denuncia el experto.
¿Qué se puede hacer a título personal para evitar su exposición? “Muy poca cosa porque está presente en todos lados y habría que ser un experto para determinar qué productos lo llevan”, responde el profesor de la Universidad de Granada. Aparte de intentar evitar los envases de plástico, las latas y ciertos tipos de papel y cartón (como el de las pizzas para llevar) –¡casi nada!-, otra medida preventiva es no calentar los alimentos o bebidas en dichos recipientes porque con el calor se dispara la migración de Bisfenol A, es decir aumenta la concentración de dicho compuesto en los alimentos o bebidas.

Adam J. Spanier, MD, PhD, Robert S. Kahn, Allen R. Kunselman, Eric W. Schaefer, Richard Hornung, Yingying Xu, Antonia M. Calafat, Bruce P. Lanphear.

Bisphenol A Exposure and the Development of Wheeze and Lung Function in Children Through Age 5 Years FREE ONLINE FIRST


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