Científicos salmantinos, anfitriones en el XXIX Congreso de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEIAC), desarrollan ratones para estudiar causas y tratamientos
Hasta ahora, una de las dificultades para avanzar en la lucha contra las alergias era la ausencia de modelos animales fiables para experimentar, pero científicos salmantinos han conseguido desarrollar ratones con las características adecuadas para analizar las causas genéticas y ambientales y probar tratamientos y vacunas. Estos investigadores ejercen de anfitriones desde hoy en el XXIX Congreso de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEIAC), una cita que se celebra en la capital salmantina para presentar algunos de los últimos avances en investigación.
Félix Lorente, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca y presidente del Comité Organizador del congreso, ha destacado la necesidad de conocer mejor la respuesta inmunológica y los factores genéticos que desencadenan las alergias. “En Salamanca estamos desarrollando un grupo de ratones en los que se puede reproducir la enfermedad y ensayar nuevas vacunas y medicamentos que puedan controlarla”, ha explicado en declaraciones a DiCYT.
“Se está consiguiendo inducirles la alergia”, señala, de manera que los científicos tienen la capacidad de trabajar en todos los factores que pueden estar incidiendo en la enfermedad. “Son líneas de investigación muy novedosas”, agrega, que serán “importantes en los próximos años”.
Por su parte, José María Olaguibel, presidente de la SEAIC, asegura que los modelos animales para estudiar la alergia “han sido hasta ahora muy rudimentarios” y, “si tienes un mal modelo, mal puedes experimentar”. Por eso, ha destacado el trabajo de los investigadores salmantinos, que “están trabajando en modelos más sofisticados que reproducen finamente lo que en realidad pasa en las personas, con lo cual pueden experimentar con las nuevas dianas terapéuticas que están saliendo”.
En los últimos años, se está produciendo un gran incremento en el número de personas con alergia, que alcanza ya al 40% de la población. Los científicos creen que esta realidad tiene que ver con el cambio en algunos estilo de vida y, en concreto, factores como la contaminación o el abuso en el consumo de medicamentos, además de dietas inadecuadas alejadas de la comida mediterránea, sobre todo en el embarazo.
Para poner en común los últimos conocimientos se dan cita en el Palacio de Congresos de Castilla y León más de 1.200 especialistas desde hoy y hasta el próximo sábado, 25 de octubre, procedentes de toda España, Portugal, América Latina, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos.
Entre las líneas de investigación más importantes de la actualidad, José María Olaguibel ha citado especialmente los avances en torno a las terapias biológicas y la inmunoterapia, además del mayor conocimiento sobre las moléculas que producen los procesos de alergia.
En las terapias biológicas, se trabaja con moléculas que proceden de organismos vivos y son capaces de modular específicamente la respuesta inmunológica del organismo, que se caracteriza por estar distorsionada en esta patología, es decir, que “el paciente sufre una respuesta exagerada a sustancias que teóricamente son inocuas”. Sin embargo, “este tipo de moléculas son capaces de modular de forma muy selectiva aquellas partes del sistema inmune que funcionan de forma anómala”, una ventaja frente a los corticoides, el clásico fármaco que es inespecífico y, por lo tanto, “aparte de beneficios también genera muchos efectos secundarios”.
El desarrollo de vacunas es otro campo de investigación importante. En concreto, se trabaja en adyuvantes para potenciar una respuesta específica que frene la alergia; nuevas vías de administración, entre las que se encuentran la subcutánea, sublingual en forma de pastillas, cutánea mediante parches o intralinfática; y, finalmente, en la síntesis artificial de alérgenos específicos a partir de sistemas biológicos. Con respecto a este último punto, “hasta ahora estamos trabajando con sustancias que se extraen del medio, por ejemplo, de polen y ácaros, y ahora queremos sintetizar las moléculas para controlar la dosis y tener más seguridad y eficacia, apunta el presidente de la SEAIC.
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