La OMS clasificó a las enfermedades alérgicas entre las seis patologías más frecuentes del mundo. Se estima que pueden afectar al 20% de la población mundial y resultan más afectados los países desarrollados e industrializados. En la Argentina , se calcula que una de cada cuatro personas puede padecer algún tipo de trastorno alérgico a lo largo de su vida.
Anahí Yáñez, Médica Especialista en Alergia e Inmunología Clínica, Directora InAER (Investigaciones en Alergia y Enfermedades Respiratorias), explicó que las enfermedades alérgicas "son procesos muy frecuentes que afectan en especial a niños y personas jóvenes en las fases de sus vidas en las que la producción laboral o académica es más intensa aunque actualmente la rinitis y el asma han cobrado significancia clínica en los mayores de 65 años".
"Más aún, su presencia ha crecido paulatinamente en las últimas cuatro o cinco décadas, especialmente en los procesos mejor estudiados como la dermatitis atópica, la urticaria crónica, la rinitis alérgica y el asma bronquial. En efecto, la rinitis y el asma representan problemas globales de Salud Pública que afectan a todos los grupos etáreos", indicó Yañez.
La alergóloga destacó que "existe la creencia popular de que es difícil identificar las causas de las enfermedades alérgicas. Hoy se sabe que la constitución genética y las modificaciones en el estilo de vida y en el medio ambiente son los responsables de que un individuo desencademe la enfermedad. En los primeros años de vida son más comunes los cuadros clínicos de alergia a los alimentos, para posteriormente dar paso a los cuadros de alergia respiratoria durante la adolescencia y la edad adulta".
"La dermatitis atópica, muy frecuente en la infancia, es rara en los adultos pero predispone a los que la han padecido a desarrollar otras enfermedades alérgicas a lo largo de su vida", manifestó la especialista.
Yañez manifestó que otro factor de complejidad de las enfermedades alérgicas "es su carácter sistémico. Por ejemplo, la rinitis alérgica, lejos de ser una enfermadad exclusiva de la nariz, supone una participación de múltiples órganos y sistemas e incluso el proceso inflamatorio de las mucosas de la nariz produce la participacion de celulas sanguíneas (eosinofilos), la liberación de citoquinas inflamatorias afectando al pulmón y las conjuntivas y produciendo manifestaciones clínicas generales (cefalea, cansancio y alteración del estado de ánimo y sueño)".
"Los síntomas que nos permiten reconocer una enfermedad alérgica son diversos. En la rinitis alérgica son el prurito nasal, múltiples estornudos, goteo y congestión nasal, acompañados en un 70% de los casos de síntomas oculares tales como enrojecimiento ocular, lagrimeo y picazón.En tanto, el asma se caracteriza por episodios recurrentes de sibilancias, dificultad respiratoria, opresión torácica y tos, especialmente nocturna o durante la madrugada. Los ataques de asma (o exacerbaciones) son episódicas, sin embargo la inflamación en la vía aérea es crónica", dijo.
El asma y la rinitis alérgica frecuentemente coexisten en los mismos pacientes. Según ARIA (Guía del Impacto de Rinitis en Asma) entre el 10 al 40% de los pacientes con rinitis alérgica tienen asma como comorbilidad. En nuestro país, se estima que 6 millones de personas la padecen. Por otra parte, el asma es una de las enfermedades crónicas más frecuentes a nivel mundial. La prevalencia de asma en niños varía desde el 1% hasta más del 30% en las diferentes poblaciones, inclusive, según los últimos estudios esta prevalecia va en aumento en la gran mayoría de los países, especialmente en niños jóvenes.
Yañez indicó que "entre los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de rinitis y asma se incluyen la exposición a alérgenos (polvo casero, animales, cucarachas, ácaros y polen), exposión ocupacional a diferentes químicos, ser fumador u fumador pasivo (por ejemplo niños de padres que fuman en su casa), infecciones respiratorias virales, ejercicio, algunos estados de ánimo, irritantes químicos y medicamentos (tales como aspirina y beta-bloqueadores)".
"La calidad de vida de las personas que padecen alguna enfermedad alérgica se ve afectada especialmente por la alteración en el sueño ya que la rinitis, el asma o la urticaria empeoran generalmente por la noche. Por ejemplo, según estudios recientes en rinitis alérgica más de la mitad de los pacientes tienen el sueño alterado y a su vez, esta alteración provoca un aumento de la severidad de la enfermedad. A su vez, más del 40% de los pacientes con rinitis alérgica padecen somnolencia diurna. La repercusión en las actividades cotidianas y rendimiento laboral es evidente. En los pacientes con asma que no siguen tratamiento la presencia de síntomas que perturban el sueño afecta a un 75 % de ellos mientras que esta cifra desciende al 30 % en pacientes bajo control médico", dijo.
¿Cómo tratarlas?
Yañez indicó que "en el primer escalón cuando las alergias son leves, el paciente debe aprender a evitar los elementos del ambiente que le producen las reacciones alérgicas como por ejemplo asegurar la calidad del aire con ambientes siempre ventilados es un factor fundamental".
"Los antihistamínicos de segunda generación son la elección en la rinitis alergica y urticaria crónica y también pueden usarse por periodos cortos combinados con descongestivos orales en las rinitis alérgicas con síntomas de congestion nasal importante. Los antihistaminicos de segunda generación son medicamentos seguros no producen efectos adversos como somnoliencia, sequedad de boca , trastornos cognitivos como sucedía con las versiones previas", agregó.
En cuanto a los antiinflamatorios por vía nasal a base de corticoides tópicos (se aplican directamente en la nariz por lo que la absorción por parte del organismo es mínima) Yañez explicó que "se demostró que no presentan los efectos adversos de los corticoids orales e inyectables".
"Por otra parte, en los últimos años, la investigación biomédica se ha centrado en aquellos mecanismos de la biología molecular que rigen los procesos patogénicos de diferentes enfermedades. Como resultado, en la actualidad se dispone de nuevos tratamientos para las enfermedades alérgicas (asma severa y urticaria crónica espontánea) como son los anticuerpos monoclonales, algunos ya comercializados y la mayoría es fase de investigación clínica", concluyó.
Fuente: http://www.asteriscos.tv/
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